lunes, agosto 24, 2009

Hay mujeres locas, mujeres incomprensibles, mujeres frías, mujeres egoístas, mujeres que matan por amor y mujeres que mueren por amor. Natalia es simplemente una mujer que conoció a un hombre y se enamoró. Un hombre mucho mayor que también se enamoró de ella.
Fue un romance corto, breve y sencillo, no duró más por tonterías, por egoísmos y porque, finalmente, él encontró a alguien que lo ayudó a sacar lo mejor de sí y a amar, lo enseñó a ver la perfección dentro de lo desaliñado, lo enseñó a compartir el tiempo y no a gastarlo.
Natalia no entendió, lloró, llamaba, escribía y a veces tenía respuesta, a veces sabía que la falta de respuesta era desesperación, hastío, cansancio y ganas de no saber nada de ella. Pasó el tiempo, dejaron de hablarse y de verse aunque trabajaran en la misma oficina.
Un día, después de mucho tiempo, ella pudo mirarlo a los ojos y besarlo con la mirada, acariciarlo con un suspiro y decirle sin palabras que le amaba y que lo único que quería era su felicidad.
Él le respondió, sin siquiera abrir la boca, que se iba a casar con una mujer a la que ama, con la que puede pasar todo el tiempo del mundo y que para él era perfecta.
Ella soltó una lagrima y se fue, perfeccionó su técnica de mujer témpano; él se casó y fue feliz y ella sonrió cuando lo vio saliendo de la iglesia con la novia tomada del brazo.
La vida es una caja de curiosidades, a algunos les toca ser hilo, a otros les toca ser aguja y a otros más ser simplemente el cojín en el que se entierran las agujas.

domingo, agosto 23, 2009

El niño con la pijama de rayas...

Sin palabras...

sábado, agosto 22, 2009

¿¿¿Para qué un huachinango???

Rossana en realidad ya es una joven, pero sigue andando con el temor de una adolescente. A lo lejos se le ve tímida, escurridiza, con un disfraz puesto todo el tiempo y desconfiada de sí misma.
Está herida y de manera inconsciente tiene en su mente esa historia de aceptación social, los estereotipos que desde niños nos cuentan y una cueva en la que se refugia con sólo un viso de luz.
Busca un cómplice, para hacer travesuras, para viajar, para reir, para hablar del paso de los días, de la escuela o del trabajo. Lamentablemente quienes han llegado no encajan en el rompecabezas. A veces parece que sí y justo en el último momento resulta que tiene una curvita de más.
Pero ello no significa que el rompecabezas esté incompleto. Hoy se casaron Juana y Alfonso, ya habían encontrado la pieza de su rompecabezas, ya le habían añadido dos más, una Fátima y un Alfonso, sólo quisieron ponerle un poco de pegamento a las piezas aunque eso no garantice que si se inunda la casa las piezas puedan seguir pegadas.
Pero su rompecabezas sigue abierto, un buen rompecabezas nunca se cierra porque uno va acercando las piezas que lo complementan. A veces la pieza que falta es el trabajo, a veces es un buen amigo, a veces esa pieza es uno mismo en solead y en plenitud con esa decisión, a veces puede ser un hombre o una mujer, pero las piezas no son iguales para ninguno de nosotros.
Rossana podría encontrar su complemento en todo el mar de piezas, puede que no, puede tomar una que más se asemeje a lo que busca o puede crear una pieza propia. Con el tiempo tomará decisiones, sumará piezas, restará preocupación y sufrimiento, añadirá un poco de exigencia y se dará cuenta que nunca es suficiente.
Pero también se dará cuenta de que su rompecabezas nunca está incompleto, tiene la ficha más importante, que es ella misma y sí, cuando se tienen pocas fichas es común voltear a otro lado y preguntar ¿Por qué yo no tengo esas piezas?, entra la nostalgia y la tristeza, regresan los muertos indeseables y en el mejor de los casos tendrá la fortaleza de enterrarlos de nuevo y dejarlos callados, como siempre debieron estar. En ese caso es mejor estar sola, Rossana se dará cuenta y después, un día alguien la leerá, se volverá su seguidor, le escribirá porque se identificó con ella y ella buscará contarle que también pasó por la misma historia y que, aunque no lo crea, eso también pasará.
Mientras tanto, le dirá: disfruta tu dolor, tu sufrimiento, tus alegrías y esa sonrisa magistral, degústalo sin preocupación, cierra los ojos, imagínate en la playa, sentada en la arena, abres los ojos y ves el mar, ves esa inmensidad que es el mar y te das cuenta que no necesitas pescar forzosamente un huachinango cuando hay otros ocho mil peces bajo del mar...

jueves, agosto 20, 2009

Es tan absurdo no saber lo que se quiere...

miércoles, agosto 19, 2009

Fui felizmente fea, forrada, falaz, falsa, finura, fabulosa frickie, feminista, fácil, fantástica, famosa, feroz, flamante, flotante, fluorescente, furiosa, familiar, frustrada, fiel, firme, fría, fumadora, finalista, formadora, fodonga, festiva, floja, fastidiosa, femenina, flexible, fluida, furtiva, fanfarrona, fecunda, figurativa, filosófica, fundadora, fabricante, flagelante, fornicadora, fotogénica, fervorosa, frenética, fraterna... y también he estado en el fondo....

viernes, agosto 14, 2009

Bellisimo

Mirar alrededor y estar rodeado por mar, por la inmensidad del mar, sin tener nada más que la mente en blanco, el corazón palpitante y la mirada fija en la red en espera de que algún buen pez haya caído.
Apenas comenzaba a asomarse el sol y todos habían salido a buscar suerte, a recoger las redes que un día antes tiraron con la esperanza de que saliera algo más que un pecesillo pa las gaviotas.
Para entrar de la laguna al mar abierto deben aguardar el momento exacto, esperar la ola precisa después de la cuál pueden entrar y de momento pas, el mismo hueco en el estómago que cuando el coche cruza abruptamente viaducto, sólo que esta vez es una lancha que se inserta en mar abierto.
-Agarrense bien, después de esta entramos- dice Andrés,el conductor mientras las visitantes, todas mujeres, aún no comprenden a lo que se refiere
-De esa agárrate para salir, de ahí jálate- le dice el general a Andrés
Así es en la vida, a veces hay que dejar pasar las olas y de ellas agarrarse para entrar a mar abierto, donde permea la tranquilidad a menos de que se avecine huracán, maremoto, tsunami o algo similar.
Cada lancha tiene por lo menos tres pescadores, ellos no saben lo que son los zapatos, creen fervientemente en eso de que la vida se siente con los pies y al llegar a donde estaba la red empieza la esperanza.
Algunos preparan el toque para hacer más liviano el tra
Quitan las anclas primero, jalan los metros de cuerda hasta que comienza a salir la red. Algunos tienen suerte y en poco tiempo y con una red de unos 300 metros agarran hasta 20 huachinangos, otros lanzan las 800 pero sólo salen 3, un atún, cuatro peces chicos y una tortuga que murió y quedó atorada en la red.
La lancha de visitantes pasea frente a una y otra lancha de pescadores y el general va divulgando la buena suerte y el esfuerzo de quienes han logrado los 20 huachinangos.
- Ya salió- pregunta a cada llegada
- Pos ahí va, no ha salido mucho, está medio flojo- contesta uno de los pescadores
- Ese de allá - y señala el horizonte con dirección al afortunado- ya sacó como 80 kilos de pescado, puro huachinango- dice el general
Y es que, en efecto, las buenas nuevas hay que anunciarlas a todos, hay que correr la voz de dónde ha salido la suerte, dónde se ha dado este día, porque para mañana todo será diferente.
Al final no han podido encontrar nada mejor que dos tortugas haciendo el amor en medio de la tranquilidad del mar, esa alberca de papel celofán que guarda tantos y tan inmensos misterios... bellisimo

pd. tenía 21 años uando conocí el mar por primera vez de manera racional y desde entonces no puedo dejar de admirarlo y de temerle...