sábado, octubre 03, 2009

No te quiero

Me alegra no estar en tu vida, no tener una foto juntos y no salir en lo absoluto a relucir en las pláticas con tus amigos. Hace tanto que pasó lo que pasó, ni siquiera lo recordaba ya porque lo mejor fue irnos, tú por tu lado, yo por el mío, no teníamos nada que hacer juntos aunque siempre lo hiciéramos.
Dice un italiano que hay personas que son como números primos, este es un caso. Yo no podía dividirme entre nadie más que no fuera yo y aún no puedo hacerlo. Aprendí muchas cosas de ti y te las agradezco, pero no había nada que pudiera sostener lo que no existía entre nosotros... amor.
Vete de nuevo y vete para siempre, no quiero verte ni oírte ni hablarte, no quiero saber que existes, no quiero siquiera escuchar que te mencionen, porque en el fondo, aunque nunca lo dije, me dueles.
Y me duele que te hayas ido, que te haya dejado ir, pero no había más que hacer o que decir. Sonríe cuando te mires al espejo y me descubras a tu lado, porque es verdad, a veces estoy ahí.
No te asustes cuando escuches regaños, menos cuando sientas que de pronto el aire te besa, también soy yo, soy yo, la mujer que se escurre como el agua, la que ama que le acaricien la espalda, la que no puede decir Te quiero porque eso es una debilidad y un lujo...
No, no te quiero... Mariana

jueves, octubre 01, 2009

La selección

Rocío odiaba el fútbol, no soportaba verlo, tampoco escuchar que hablaran tan efusivamente de uno u otro jugador y llegar a entrevistar a uno era casi como un martirio.
Un día tuvo que tomar un taxi para llegar a tiempo a su trabajo y en el camino el conductor no tuvo otra idea más que preguntar ¿y cómo vio a nuestra selección que perdió contra Colombia?
De manera inmediata su mente se bloqueó y se quedó con cara de what, pero recordó lo que un viejo amigo le dijo una vez, la gente necesita ser escuchada y escuchar.
Entonces tuvo su primera plática sobre fútbol. El señor dijo no ser tan fan del fútbol mexicano y tampoco vio completo el partido.
Rocío le dijo que ella no entendía mucho y tampoco veía los partidos, pero que por lo menos habían anotado el de la dignidad y luego coincidieron, la afición ha ido cayendo, la gente ya no apoya a la selección como antes y a veces de todo el equipo sólo uno es el bueno y el conocido.
Añadieron, claro, el eterno dilema. Los futbolistas no tienen castigo si algo falla, no los corren de su chamba de manera inmediata como a cualquiera que cometa un error y on José, el chofer, apuntó que quizá era porque ellos ganaban mucho y cuando llegaban a la selección como que perdían el interés de seguir más arriba, quizá porque muchos se saben limitados para llegar a las grandes ligas y quizá porque subir más para ganar más ya no es un aliciente.
En fin, quizá la mayoría de las cosas fueron tonterías, curiosamente después Rocío se topó a un par de jugadores rodeados por cámaras de televisión y micrófonos y, por si fuera poco, por la noche su mamá le dijo que había ganado con sus alumnos una apuesta: ella les apostó una coca a que México no ganaba... no cabe duda, la afición se va acabando y quizá ese sea el peor castigo que los jugadores puedan tener.