martes, enero 31, 2012

-Pero no entiendo, porque lloras
-Porque es triste
-Qué?
-Que nadie se deje la vida por ti... Y que tu no puedas dejarte la vida por alguien...
-Pero si tú te dejas la vida por todo el mundo
-Yo regalo sonrisas a diario, pero con ello no me dejo la vida por nadie...sonrío a veces más a fuerzas que voluntariamente y con ello no doy más que un bosquejo de mi vida... Aunque en la realidad lo que este haciendo es llorar por dentro...

domingo, enero 22, 2012

Tiempo....

Un reloj, un tic tac, las manecillas avanzan sin pedir permiso, sin dejarnos si quiera pedir una prórroga para saborear aquello que más nos gusta vivir... es el tiempo, así como llega se va, nos da alegrías, nos da tristezas... nos deja sabores distintos en la vida y en la boca... nos niega la oportunidad de seguir con la vida, se alía con la muerte...
No hay nadie que pueda decirle que no, no hay nada que lo detenga para dominar la vida de cada uno de los que viven en este planeta... incluso quizá en otros...
Eso pensaba Jonás mientras fumaba hierba, a la orilla del mar, sintiendo la brisa en sus brazos, en ese efecto aletargado que hace que Maria Juana sea una de las más codiciadas...
Y es que de pronto, se encontraba frente al mar sin nada que perder... con su vida a cuestas, con sus recuerdos, el adiós, las nuevas conquistas y sus sueños empaquetados en una lata de cerveza...
Ahí, junto a él estaba Fernanda, tomándolo de la mano. Parecían un par de enamorados contemplando la belleza del mundo, parecía que iban a estar así toda la vida, una imagen tan aterradora como envidiable....
Por qué si cada uno es dueño de su propia vida, bienes, experiencias.... por qué nos enojamos cuando el otro decide dejar de darnos todo lo que tiene si a fin de cuentas decidió darlo voluntariamente? Por qué creemos que todo lo del otro debe ser nuestro?
Jonás y Fernanda hablaban riendo sobre aquello que los había unido y sobre aquello que los iba separando... tenían 2 años de conocerse, de vivirse, de prestarse el uno al otro, de darse lo que tenían e incluso lo que no... uno más, otro menos, pero ambos dando todo lo que podían y estaban dispuestos a dar.
Dicen las malas lenguas de la isla que cuando hablaban el mar parecía aquietar sus impulsos (además de la droga), que el mar hacía el amor con la arena para mostrarles cuánto puede uno querer a otro y cuan fácilmente separarse tras un segundo de encuentro furtivo, y cómo, a pesar de ello, puede uno seguir siendo del otro...
Pasaron los días, las noches, los momentos... pasaron sus besos y sus caricias, sus mentadas de madre y sus lágrimas...sus tiempos de rumba y los de luto... pasó el tiempo, ese tiempo que ambos habían decidido compartir juntos, pasó la estrella fugaz de sus segundos, sus minutos, sus horas, sus días...
Pasó el tiempo y cada noche se siguen esperando el uno al otro...