domingo, junio 20, 2021

Paternidad

 Siempre lloro en las películas cuando hay una escena en la que el papá se separa de la hija. No sé si lloro porque mi corazón ha sentido eso muchas veces o porque recuerda algo de otra vida o porque el tema papá es un tema sensible para mí. 

Yo no tuve ausencia de padre, mi papá no era borracho ni violento, siempre ha sido muy trabajador, MUY trabajador... y eso es lo que yo interpreté como ausencia, como abandono, eso me hizo y aún me hace a veces contarme el cuento de que hay cosas para él más importantes que yo. 

Hoy por la mañana después de bañarme venía a mi mente una idea que se ha estado cocinando hace algunas horas, que bello es vivir sin deuda, sin sentir que debes algo a alguien, sabiendo que no debes dinero y que puedes simplemente tomar tus cosas e irte. Recordé al instante una frase que mi padre decía "no quiero deberle nada a nadie", me pregunté si quizá a eso se refería, me imaginé escribiendo un texto sobre "lo que aprendí de mi padre" y después me dije "eso no es leal a lo que verdaderamente estoy sintiendo", así que deseché la idea. 

No me gustan las celebraciones comerciales, tampoco me gusta dar regalos materiales, pero en días como hoy el timeline está lleno de "tengo al mejor papá del mundo", "Has sido el mejor papá", "Gracias papá"... entiendo esas expresiones pero muchas veces me suenan al mismo discurso comercial, con la ventaja de que escribir en facebook es gratuito. 

Esta vez miré algo distinto, no miré a papá, miré la paternidad presente en muchos momentos de gente que conozco y que no conozco. Mire a un padre abrazando a su hijo recién nacido, piel con piel, mientras esperaban a que mamá saliera del quirófano, me enterneció tanto. Miré a un hombre jugando a un pajarito bebé que su esposa rescató. Leí palabras de amor de una mujer al papá de sus hijos, ese que decidió que quería crear vida con ella. 

Alguna vez pregunté en mis registros akáshikos qué necesitaba resolver para ser mamá. Hoy creo que esta sensación de abandono me ha nublado la vista para ver la paternidad de mi padre y también ha bloqueado la posibilidad de paternidad de mi esposo. Creo que necesito bajar al "santo padre" y mirar al padre humano, reconocer su papel como padre, aceptar su forma de ser y dejar de querer controlar la manera en la que quiero que él me exprese amor. 

Soy la niña chiquita esperando a que su papá le diga "¿Cómo está mi princesa?" Soy la niña queriendo sentirse princesa. 

Creo y confío en que las nuevas generaciones llegan a un mundo donde los hombres comienzan a expresar sus emociones, a disfrutar de sus hijos, a reír y llorar con ellos, creo que los niños de la generación pandemia traen con ellos también una revolución de la conciencia materno/paterna, un nuevo momento para la humanidad en el que el sentir y expresar amor se vuelve algo natural. 

No soy una princesa, la verdad que si tuviera ese papel también me aburriría, soy amor y con eso basta. 

Si esta pandemia transforma algo que sean las festividades y nuestra forma de reaccionar a ello, que en lugar de regalos y cenas, hagamos reuniones profundas y ceremonias en las que puedan transmitirse las experiencias de vida, que en lugar de celebrar el día del padre creemos un día para honrar las paternidades. Parece lo mismo, pero no es igual. 


Pd. Esta sensación de abandono es producto de mi interpretación, mi papá nunca se fue, siempre ha estado ahí, presente, apoyando cuando se requiere, es sólo que su forma de expresar amor no cuadra con lo que yo he tenido en mi cabeza por muchos años. Creo que ambos nos elegimos para aprender algo, que así sea padre.