jueves, junio 22, 2017

Donde estes tú, estoy yo

De mis abuelos paternos aprendí que el amor existe. Lo sentía cada vez que los visitábamos y veía cómo mi abuela cuidaba a mi abuelo. Lo miraba a él levantarse cada día de su cama, tomar sus muletas y seguir tocando el piano, apoyando a limpiar los frijoles, componiendo máquinas de coser, y mirando a mi abuelita con ojos de borrego a medio morir. 

Quizá lo que nunca vi fueron todas las veces que se pelearon, que discutieron, que lloraron porque las cosas no salían de la mejor manera o de la forma en la que esperaban, que dolía profundamente lo que ocurría con sus hijos, quizá no vi la frustración de mi abuelito por no poderse parar e ir con mi abuelita a recorrer el mundo como a ella le gustaba, ni el dolor de mi abuela por ver a mi abuelo peder la capacidad de seguir con sus pasiones, con su vida habitual, poco a poco. 

No importaba lo que pasara, mi abuela siempre estuvo para mi abuelo y viceversa. Se eligieron como compañeros de vida y eso hicieron, acompañarse... Que grande y que hermoso es ser su nieta y poder mirar en ellos la fortaleza que hizo posible mi existencia. 

Cuando mi abuelito falleció, toda la familia se congregó, para cantar, para llorar, para mirarlo y agradecerle cada una de sus enseñanzas, de sus sonrisas, de sus jalones de orejas, cada palabra y cada esfuerzo que hacía para mantenerse vivo, presente, consciente. Y aún cuando ya no está físicamente, mi abuelo siempre lo piensa, él la acompaña en cada reto, en cada nuevo sueño, en cada buena o mala noticia... 

Hoy, mirar este ejemplo, esta foto, recordar todo lo vivido con ellos es la base de esta nueva etapa de mi vida, vivir en matrimonio, con el acompañante que he elegido para mi vida, con el hombre que será el padre de mis hijos. Sé que en este nuevo camino habrá muchos momentos hermosos y felices, pero también sé que vendrán momentos que requerirán de nuestra confianza, amor, ternura, fuerza, valentía y saber que no hay receta secreta, el secreto somos nosotros. 



"No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios será mi Dios" 
Ruth 1:16