lunes, septiembre 24, 2007

Las palabras no son necesarias para expresar lo que sentimos...



Un gran hombre que convierte su muerte en una gran pérdida. Aquí una entrevista que solo incrementa la admiración que ya sentía por él. Lo que yo escriba no será más bello que su silencio y menos si este se acompña de un hermoso tango... QEPD

Marcel Marceau dejó su última máscara; murió a los 84 años

Marcel Marceau dejó su última máscara; murió a los 84 años

Pablo Espinosa/ La Jornada

Sus manos como flamas desvendaron las heridas con una sonrisa blanca, acariciaron una flor que tiembla, hicieron aparecer objetos apretando un botón blanco en medio de las tinieblas sin voz y sin sombra y el latido de sus manos encendidas convirtieron el tiempo en una caricia que magulla. Al fabricante de máscaras se le quedó atorada en el rostro la sonrisa de la alegría y murió.
Marcel Marceau, uno de los más grandes artistas en toda la historia de la humanidad, falleció el sábado en París, a los 84 años de edad. Sus familiares informaron del deceso hasta ayer, domingo, sin ofrecer detalles.
Nació como Marcel Mangel el 22 de marzo de 1923 en Estrasburgo. Su padre, judío de oficio carnicero, fue capturado por la Gestapo durante la ocupación nazi de Francia y ejecutado en Auschwitz.
A los 17 años de edad, Marcel Mangel logró escapar junto a su madre y su hermano a la ciudad de Lille, en el norte de Francia. En la resistencia francesa se apropió del apellido Marceau, que tomó de un general de las guerras revolucionarias y luego se incorporó al ejército. Fue enlace entre las tropas francesas y las fuerzas al mando del célebre general estadunidense George Patton.
Esas experiencias bélicas marcaron su trabajo de humanista. En 1947, por ejemplo, creó su personaje emblemático, Monsieur Bip, nombre derivado de aquel protagonista de la novela Grandes esperanzas, de Charles Dickens. Un descendiente de Pierrot, pero con conciencia social.
Tesoro viviente
Fue considerado como el mimo mayor de todo el siglo XX, pero en realidad su trabajo rebasa el territorio de la pantomima, oficio que aprendió de Etienne Decroux, en 1944.
Marceau soñó y trocó el sueño del antiguo teatro japonés kabuki, de la milenaria danza de la India, el katakhali, de la commedia dell’arte italiana. Soñó el sueño del cuerpo y sus pasos sonaron en otra calle donde alguien lo deletreó.
En 1993 fue declarado “miembro inmortal” de la Académie des Meaux-Arts en París. Japón, a su vez, lo declaró “tesoro nacional viviente”. En 2001 se convirtió en embajador para la tercera edad de la ONU.
Marcel Marceau mantuvo una relación directa con México, donde se presentó innúmeras veces. Hace 15 años, por ejemplo, el 25 de agosto de 1992, llenó de sueños el Teatro de la Ciudad, donde las jóvenes tinieblas tendieron venas como luces temblorosas bajo las cortinas de los párpados inquietos y una música de metales del barroco dibujó los contornos de un arlequín ensimismado, un heraldo que anunció los títulos de las muchas historias de los sueños como una serie de preludios.
Abrió allí el artista las persianas invisibles de la boca de la escena y entró la luz de las constelaciones y sus manos descoyuntaron sus ataduras, besaron los labios de la lluvia, hicieron nacer el corazón de su mano que volaba y construyó con él el universo entero. Con sus manos y el prodigio de su cuerpo, ese señor de cara blanca y pies desnudos edificó el cosmos en fracciones de segundo y lo pobló con sus hombres y sus sentimientos y sus plantas y sus animalitos.
Manos góticas
Así era en escena Marcel Marceau: otro flop del sueño y ahora estamos en un tribunal y las manos góticas de Marcel ponen en materia la verborrea de un fiscal, eleva el decibel, el estruendoso clamor de los silencios y tiene dentro del sueño otro sueño: es Pygmalion y junta arabescos y cristaliza la expresión de la vida con su alimento: la muerte, y vuelve a la ternura y la inocencia porque Bip sueña que es un artista de circo y luego viaja por el mar, que siempre recomienza, con el aroma de su rosa roja y luego sueña que es Don Juan y luego es David que vence a Goliath y ahora es un fabricante de máscaras y cambia en milésimas de segunda de la carcajada al llanto, del llanto a la carcajada y de pronto se le atora la máscara de la risa y se la intenta zafar, se la intenta sacar, se la intenta quitar y cuando lo logra, muere.
Hay silencio, fulgor.

Sus manos, semafóricas, abrigaron el aplauso entrechocando corazones. Voló, soñó, llegó al punto estático/dinámico de las manos suspendidas ilusoriamente en: un cristal, una flor, un árbol y de sus manos a lo alto se desgrana un caudal de agua brillante de diamantes, un ala verde esmeralda de colibrí, otra ala, muchas alas. Vuela.
Esplenden en algún lugar del tiempo sus pantomimas de estilo, las secuencias del cinematógrafo de su cuerpo: una jaula de cristal donde sucede la creación del mundo (primero fue el mimo, luego el huevo y por último la carcajada), un sable de samurai. Caminó, rio, se abrazó a sí mismo, volvió a reír y se arrancó la máscara final.
De entre sus muchas obras maestras, cintilan en el tiempo algunas de ellas en la memoria: La creación del mundo, que dura lo que dura el Adagio del Concierto 21 de Mozart; Adolescencia, madurez, vejez y muerte, que sólo dura tres minutos, porque así es la vida, breve. Y El fabricante de máscaras, su gran final: luego de cambiar en menos de un parpadeo de la máscara de la felicidad a la del llanto, finalmente se le quedó atorada la sonrisa. Al despegarla de su rostro falleció.


No tengo edad porque soy un marinero de los aires, dijo el genio de la mímica
Como llegué a la perfección tengo que seguir buscando nuevas secuencias, afirmó

Pablo Espinosa/La Jornada

Desde que en México debutó en el Palacio de Bellas Artes en 1957, Marcel Marceau visitó el país continuamente. Ofreció muchas conferencias pero concedió pocas entrevistas. El 25 de agosto de 1992, La Jornada logró una exclusiva con el artista francés, luego de un encuentro fortuito fuera de su camerino en el Teatro de la Ciudad, y de la cual reproducimos algunos pasajes:

–Señor Marceau, a sus 69 años de edad, ¿ha alcanzado usted la perfección?

–Sí, en algunas de mis obras he logrado lo perfecto. Por ejemplo, en La creación del mundo, o en La jaula, en El fabricante de máscaras. Y precisamente porque he llegado a la perfección sigo buscando y creando nuevas secuencias.

–¿Qué significa avanzar, evolucionar vitalmente?

–Todos los días uno retrocede para avanzar. El artista, a través de su búsqueda, no avanza siempre, a veces retrocede, a veces avanza. Tal es el combate de la vida. Yo soy un marinero de los aires. He ido a todas partes del mundo como un artista y la obligación de un artista es aspirar a la perfección. Como marinero de los aires, entonces, no tengo edad. Digamos que no tengo 69, tengo 100. Porque avanzo por los aires.

–Como dice Saint-John Perse: hay que recular para mejor avanzar (Il faut reculée por mieus sauter).

–Eso es. Retroceder para saltar mejor es medir la propia mirada, calcular las propias posibilidades y cuando un artista hace eso, tiene el camino abierto para ir más allá de sí mismo.

–¿Qué pensamientos le merece la edad?

–La edad depende mucho de la conservación física, de la herencia corporal, valerosa o desgraciada, pero justa. Es algo que emerge y cuando se tiene una buena herencia corporal, el oficio se convierte entonces en una actitud mental y física y en un arte de la conservación. Mi buen maestro Etienne Decroux me dijo en 1944, cuando yo era un desconocido: “Ah, Marcel Marceau, el arte de la pantomima lo conservará a usted en la juventud eterna”. Y ya ve usted, cuando estoy en escena yo me siento siempre joven, tan joven como siempre, simplemente con la edad que otorga un gran conocimiento de la vida y sus misterios.

–¿El transcurso de la edad condiciona su trabajo de alguna forma?

–Claro, llega un momento de la vida en que la edad es exactamente nuestra edad. Pero así es la vida. Es la condición humana. Todos somos mortales, pero como dice Molière: al mismo tiempo intento ser inmortal.

Autoridades francesas rinden tributo al mimo que cautivó al mundo con ternura

Carlos Paul, Dpa, Reuters y Afp

El mimo francés también intervino en el cine, en el que alternó con figuras como Jane Fonda, en la cinta Barbarella, abajo. Michael Jackson confesó que su paso de baile conocido como moonwalker lo creó luego de ver la pantomima Caminando contra el viento, de Marceau. El cantante alternó con Bip en el teatro Beacon, de Nueva York, en 1995 Foto: Ap
París, 23 de septiembre. “El arte de la pantomima es fuente de la juventud eterna”, le diría en cierta ocasión al joven de 20 años Marcel Marceau, su maestro Etienne Decroux.
Más de 60 años después, Marceau parecía no tener edad sobre el escenario cuando interpretaba a su entrañable y melancólico personaje Monsieur Bip, que lo llevó por décadas alrededor del mundo, cautivando a decenas de generaciones.
Marcel Marceau, uno de los artífices del arte de conmover sin palabras, falleció este sábado en París, a los 84 años, informaron sus familiares.
“Marceau siempre será el personaje de Bip. Sus estudiantes y el mundo del espectáculo lo extrañarán”, comentó el primer ministro francés François Fillon, tras confirmar el fallecimiento del artista.
Con su muerte “Francia pierde a uno de sus más eminentes embajadores”, declaró por su parte el presidente galo, Nicolas Sarkozy, mientras que la ministra de Cultura, Christine Albanel, rindió homenaje al mimo, quien “con poesía y ternura” cautivó a la audiencia en escenarios del mundo entero.
“Entra en nuestras casas con paso de ladrón y con el terrible descaro del claro de luna”, solía decir el artista francés Jean Cocteau de Bip.
La experiencia que obtuvo de su participación en la Segunda Guerra Mundial tuvo gran influencia sobre su trabajo, que ponía énfasis en el autocontrol físico y el silencio.
“La gente que volvía de los campos de concentración no podía hablar, no sabía cómo contar. Tal vez eso haya influido inconscientemente en mi elección del silencio”, confió Marceau en una entrevista al diario francés Le Monde, en 1997.
En 1946 comenzó a estudiar interpretación, admirando el trabajo de los grandes protagonistas del cine mudo, como Charles Chaplin y Buster Keaton, además de los gestos estilizados de la Opera China y el teatro Noh, de Japón.
En 1947 fue cuando creó a Monsieur Bip. Su participación en la película Les Enfants du Paradis, de Marcel Carne, en la que interpretaba a Arlequín, lo daría a conocer como mimo.
Marceau llamaba “mimodramas” a sus actos poéticos, en los que Bip podría expresar, sin una sola palabra, el amor y la felicidad, la dicha y la tristeza, o la vejez y la muerte.
“Las palabras no son necesarias para expresar lo que sentimos”, creía con firmeza.
De acuerdo con Marceau, en el mimo los gestos expresan la esencia de la aspiración más secreta del alma. “Para representar el viento, uno se convierte en tempestad. Para hacer un pez, te lanzas al mar. El mimo, como la música, no conoce fronteras ni nacionalidades”, dijo en una ocasión. “Si la risa y las lágrimas son las características de la humanidad, todas las culturas están impregnadas de nuestra disciplina.
“Yo cuento las cosas más simples del mundo. Devuelvo a los espectadores un héroe –Bip– con el que cualquiera se puede identificar. ¡C’est tout! (¡Es todo!).”
Su estilo y poética influyeron en creadores y artistas tan diferentes como el dramaturgo Samuel Beckett, el bailarín ruso Rudolf Nureyev, o el ex rey del pop Michael Jackson, quien admitió haberse inspirado en la pantomima Caminando contra el viento, para su famoso paso de baile moonwalker.
Entre las decenas de películas en las que participó, sólo en una ocasión apareció hablando. En Silent Movie (1976), de Mel Brooks, donde tenía la única línea hablada de la película. Todo lo que dijo fue: “No”.
Fuera del escenario, sin traje ni maquillaje, Marceau era un hombre delgado y ágil.
Se hizo merecedor de una gran cantidad de premios, incluyendo el Deburau (1948), además de dos premios Emmy por sus programas de televisión.

Debería haber una quinta edad

En su momento, comentaría a La Jornada. “A todos les va a tocar algún día llegar a la tercera edad, pero debería de haber una cuarta y una quinta. El hombre debería de vivir 150 años, si supiera de verdad cómo hay que vivir. Acepté esa designación (ser embajador de la ONU de la tercera edad) por respeto a nuestros padres, a la educación que nos dieron, por respeto al pasado en la ciencia, en el teatro y también para mostrar que hay una esperanza. Acepté ese puesto en la ONU para mostrar que la tercera edad es una edad viva”.
A partir de 2002 iniciaría una gira de despedida por América Latina, que lo llevó a Cuba, Colombia, Chile, Brasil y México, entre otros países.
“El carácter de Bip y de la pantomima ha cambiado a lo largo de los años” comentaría a La Jornada, en su paso por México. “Cuando creé mi personaje, dos años después de la Segunda Guerra Mundial, pensaba realmente que habría paz mundial y que sería el último conflicto bélico. Lo que captaba Bip en ese entonces eran mariposas, jugaba a David y Goliat, sin embargo, cuando volvieron a empezar las guerras: Vietnam, Argelia y las que le siguieron, mi arte no tenía más que evolucionar y se hizo más hondo y profundo, más entrañable, con lo que se hace evidente que no he creado pantomimas cómicas o sólo para divertir.”
Marcel Marceau será enterrado en el cementerio parisino de Père Lachaise, donde descansan los restos de otras personalidades artísticas como la actriz Sarah Bernhardt, el escritor Oscar Wilde y el cantante Jim Morrison.

viernes, septiembre 21, 2007

Si a un caballo lo mueves y lo pnes detrás de un muro se queda ahi, si lo amarras a un tronco se acomoda plácidamente, si lo jalas y lo haces caminar 20 kilómetros no dice nada, incluso se intenta para el dueño lo jala hasta que éste entienda que debe caminar.
Pero un humano no es un caballo, algunos deberían entenderlo, un humano tiene la capacidad de decidir lo qeu quiere y lo que no, de guiar su camino por donde quiera, y en este caso uno decide desde que trinchera quiere pelear.
No entiendo por qué algunos se obsesionan en quererconducir a quienes los preceden por un camino que ellos no quieren, a veces las negativas en los lugares estrategicos que consideran algunos no satisfacen lo que uno quiere hacer y no es que no este a la altura de lo que uno quiere, sino que simplemente no quiere pelear desde esa trinchera.
Es inutil explicarlo, a finde cuentas siempre recibe uno las mentadas de madre y los viajes a la chingada, no importa, es preferible una colorada que dice la verdad a mil descoloridas que no hacen lo que quieren.

jueves, septiembre 20, 2007

Tiro al blanco...

Mira, escucha, siente pero se niega a decirlo, a expresarlo, quizá tiene miedo de que vuelva a caer, de que sus palabras y sus besos lo vuelvan a seducir y no pueda salir más de ella.
Hace tanto que se fue que ella no puede recordar sus manos inquietas, su voz que entraba por sus oídos y con su relato poco a poco recorría su cuerpo entero, ella lo expresa pero de nada sirve, él no responde, no lo hace nunca, es como si escribiera en la nada aunque él en realidad imagine como están escritas sus letras en el desierto de su espalda que habitaba en su cama.
Escucha el fuerte latir de su corazón, no lo puede detener y apuesta a que él siente lo mismo, el temblor frío cuando se piensan, su lengua humedeciendo sus labios que hace meses que no se tocan, sus manos frías que extrañan el calor del otro cuerpo, sus ojos que preguntan, piden y exigen su presencia.
Parece que fue ayer y sin embargo la intensidad de su amor sólo puede medirse por la soledad que la precede y han estado tan solos que por más que lo nieguen desean volver a verse, cobardemente se esconden tras compromisos, tras tiempo ocupado, se esconden tras el miedo de no saber que decir o que hacer, sería mejor si dejaran que sus cuerpos hablaran pero no lo harán.
Comenzarán los reproches quizá y entonces será una batalla campal, todos saldrán heridos, incluso quienes no deban, todos moriran por la boca después del fuiste, eres, somos.
Y si es cierto que la vida es una enfermedad de transmisión sexual? entonces ella lo contagio a él, lo devolvió a la vida y después lo volvió a matar, vio el suplicio y no supo qué hacer, en su vida había matado a alguien y no sabía cómo reaccionar cuando en su agonía él le llamó por teléfono de nuevo.
Quizá vuelvan a encontrarse, algún día pasará, a fin de cuentas la vida no es una carrera sino un tiro al blanco, lo que cuenta no es el ahorro del tiempo sino la capacidad de encontrar un centro...

martes, septiembre 18, 2007

EROS...

El ser humano por lo general es egoísta, uno quiere que otra persona lo quiera pero nunca se pone a pensar en si quiere o no querer a la otra persona, en casos como el mío desearía no querer a la otra persona pero finalmente escojo a mis hombres tan minuciosamente, lo cual no significa que los escoja bien, que termino indudablemente enamorada de ellos, algunos logran hacer que los ame y son pocos aquellos a los que he dado oportunidad de que pasen por mi vida y no hayan dejado huella.
A pocos hombres les he hecho caso cuando ellos me eligen, son pocos los que tiene la posibilidad de conquistarme y mínimos aquellos que después de haberme conquistado he llegado a querer. Tú fuiste uno, ahora te has ido, se ha esfumado tu figura de mi vida, intento borrarte y olvidarte, intento también no escribirte y no estar al pendiente de lo que haces o no, busco alguna manera de saber de ti sin que te des cuenta, pero acepto que yo solo quería que me quisieras, yo no quería quererte, no quería sentir algo por ti y sucedió, fue el momento exacto en el que sentía que algo bueno se acercaba a tu lado cuando todo tuvo que acabar.
Yo no me salí de tu vida a la fuerza, yo no tomé una pistola y jalé el gatillo para acabar con mi vida que estaba tan dentro de la tuya, tú la tomaste y me mataste, decidiste acabar con todo desde antes, bien lo decías, vete antes, y entonces ahora te busco en todos aquellos que llevan tu nombre, entonces ahora quiero pensar que parte de lo que tú tenías lo tienen las personas que se llaman como tú, entonces ahora te imagino cuando no estás y te pido opinión de lo que está bien o mal.
Odio aceptar que siento esto, odo pensar en ti aún, odio no ver tu rostro, odio no escucharte al teléfono y darme cuenta de que quieres sacarme de tu vida a toda costa, odio no saber si eso te cuesta trabajo, odio que no me escuches en el mess, odio no tener una respuesta a nada y para nada, simplemente saber que la cagué y la cagaste, la culpa fue de ambos. Mírame, sólo dime una cosa, ¿de verdad quieres que salga de tu vida?
Una muerte personal pero no real, quizá el problema es que nosotros no nos ponemos un cañon en la boca y decidimos salir de su vida, ellos nos matan, y eso es lo que nos hace verlos en todas partes, por eso los necesitamos y cuando creemos que podiamos haber hecho algo distinto nos damos cuenta de que en realidad habrìamos hecho lo mismo. Cómo sacarlos de nuestra mente entonces, sería tan fácil como guardar los recuerdos dolorosos y dejarlos mirando al mar? o sería mejor tomar a la muerte no real como salvavidas? No basta con que no esten, para que mueran hay que no pensarlos.

miércoles, septiembre 12, 2007

Cai...

Dudo ahora sobre si quiero enamorarme o amar, qué digo, si enamorada ya estoy, no lo pude evitar, aun estando a miles de kilómetros él se dedicó a ser simplemente él y yo no pude quitarle la mirada, supo decir Imiss you en el momento indicado y ahora me ha entregado su corazón en un dólar.
Sencillo, así es y así ha sido todo este proceso en el que no he podido evitar enamorarme de él, y me pregunto si realmente he hecho algo tan bueno como para merecer esto, para haber conocido a un hombre semi perfecto al que sólo le falta ser inmortal.
Qué digo, con esto ya mostré que estoy más que enamorada, ahora quiero amarlo, no sé si él quiera, no sé si se deje y si la relación distancia tiempo nos deje, pero sé que después de lo que he vivido esto se ha vuelto no una luz, un destello quizá, desos de estrellas lejanas que uno siempre quiere alcanzar.
No vale la pena mirar atrás, regresar al pasado y ver que nada se puede resolver, prefiero mirar al frente y pensar que esto es lo que puedo vivir ahora, puedo tomarlo y vivirlo o esperar a que el pasado vuela, pero si no viene? si se cansa? prefiero vivir este presente lejano y frío quizá que puede darme tantas sonrisas negadas, tantas caricias contenidas, tantos besos que ha sido imposible dar, es esto lo que me hace sentir viva, lo que me ayuda a levantarme aunque odie trabajar en ese lugar, lo que me hace sonreir y llorar de felicidd la mismo tiempo, es esto lo que quiero vivir ¿Quieres vivirlo conmigo?

martes, septiembre 11, 2007

Y tu recuerdo persiste

Lo enterré entre libros, en la arena, entre piedras, en el mar, lo solté en el viento para que se fuera lejos, lo hice también entre la tierra húmeda del parque para que no pudiera salir, intente ahogar tu recuerdo en alcohol y también lo intenté en la alberca, pero a todo ha sobrevivido, no entiendo cómo ni por qué, no sé para qué vive aún tu recuerdo en mí, pero persiste.
Quisiera olvidarte fácilmente como tú lo has hecho, mirar al cielo y que todo lo vivido contigo se borrara de mi mente pero a fin de cuentas sé que merezco este infierno, eso es este tiempo si ti sabes? un infierno por no saber de ti más que lo que dicen amigos a los que puedo preguntar disimuladamente, quisiera mirar tu cara, explicar por lo menos cuánto te quiero aunque eso no cambiara nada.
Debías partir de mi lado, debías hacerlo para darme cuenta que aun vive en mí la esperanza de enamorarme, casarme quizá, formar una familia. No creo que sea mi futuro pero sé que merezco estar con un hombre que me ame y me acepte como soy, que no tenga una vida hecha como tú, me di cuenta de que no quiero fingir siempre y sin embargo sigo queriéndote.
No te dije antes tantas cosas de mi vida porque aun no sentía este cariño por ti, cuando lo sentí pensé en dejar que realmente entraras en mi vida, tarde fue, habías partido a mejor lugar y con mejor persona quizá.
Qué puedo hacer y qué decir cuando el destino cruza nuestros caminos y después los separa? no hay nada más que decir, cierto, en estos instantes ni las bendiciones ni los buenos deseos sirven, tampoco sirven el orgullo y el yoísmo, sin embargo lo vivimos.
Es un absurdo pero a veces a las persona que más queremos es a las que más dañamos, por pendejadas o por importancias, no importa lo que sea, lo que importa es el daño, quizá importa más el perdón, pero supongo que ambos estamos cansados para vernos de nuevo, quizá no valdría la pena, sé lo que perdí y por qué fue, sabes lo que perdiste y por qué fue, no creo que haya más que decir. Punto final.

sábado, septiembre 01, 2007

Un rincon cerca del cielo...

Hay días como hoy en los que la gente muere, y no es eso lo sorprendente sino que es gente que uno quiere. Al principio intenta uno ver el lado positivo y decir "sí, ya era justo, ya estaba sufriendo mcuho" pero después viene la imagen, el recuerdo, las frases, viene el reconocimiento de la pérdida y entonces uno no puede contener el llanto.
Cierto, ya era hora de que partiera, a sus 92 años se ha ido del mundo y el infierno empezó a partir de una caída. No fue esa la causa del fallecimiento, entró al quirófano y salió de nuevo, soportó la operación por haberse fracturado la cadera y cuando salió dijo a los camilleros que nomás que se recuperara bailaría con ellos la quebradita.
Nunca he querido ver los feretros abiertos, los cuerpos en descomposición porque prefiero conservar la imagen que tenía de mis seres queridos mientras vivían, esa sonrisa fresca y esas palabras de ánimo, la bendición quiza.
Tampoco soy de la idea de llorar a mares, porque me molestan aquellos que evocan cualquier recuerdo triste y lloran, gimen, gritan de dolor pero no lo sienten y también aquellos que llegan al velorio y lo primero que hacen es encaminarse morbosamente hacia donde está el cuerpo.
Quizá ella pagaba alguna cuota y por eso vivió tanto, tenía su genio y a veces era un amor, pero en otras un león. En el mejor de los casos no quiero juzgarla, simplemente me gustaría hacer un reconocimiento y a su valentía al aguantar tanto tiempo de vida, no sé si algún día yo pueda hacer lo mismo pero sí sé que temo a la vejez como a nada en el mundo. Ella no, podía tomarse su shut y bailar reggaeton con los sobrinos, levantarse a las 5 de la mañana a barrer la calle, preparar el desayuno para su hio, la comida para la familia de su hijo, planchar la ropa de su hijo, lavar la ropa de la familia, incluso preparar las guayabas en dulce que tanto le gustaban a su hijo, y luego de haber hecho todo esto tenía tiempo para ver la tele y pintarse las uñas.
Fue una mujer increíble que tenía todo mi respeto, daba una ternura incomparable y se conformaba con tan pocas cosas, una simple canción la hacía feliz, quizá una planta, se nos ha ido la viejita consentida, la última de la familia que quedaba en el barrio, la que nos daba la bendición a diario, nos curaba con pomada de la campana y nos cosía la ropa que necesitaba ajustes, se nos fue luego de los 500 puños que cosía a diario en sus buenos años, se nos fue luego de los 500 puños que le dio la vida y lo único que pedía era encontrar un rincón cerca del cielo, ya lo encontró...
Que en paz descanse...