sábado, noviembre 04, 2006

Se van universitarios a luchar por dignidad

Karla Portugal
A la salida de la Primera Caravana Motorizada la carne de cañón fueron los jóvenes provenientes de la UNAM, algunos vestidos con pantalón militar, otros darketos, y adultos mayores, así como señoras y demás personas identificadas como integrantes de la Convención Nacional Democrática.
Ellos fueron los que estuvieron al pie del Hemiciclo a Juárez desde las 8 de la mañana, esperando a que concluyera el registro de los demás integrantes que acompañarían a la APPO en su lucha y en el trayecto con destino a Oaxaca.
También fueron ellos los que iniciaron las agresiones contra los medios cuando vieron llegar las cámaras de Tv Azteca y entonaban el ya escuchado “Televisa te idiotiza, Tv Azteca te apendeja” y las consignas de prensa vendida y repudio total a la prensa nacional.
Iban “dispuestos a todo” y, pese a que la dirigencia aseguró por altavoz que ninguno de los integrantes de la caravana llevaba pañuelos ni pasamontañas, fue uno de los requisitos que todavía ayer pedían en las mesas de inscripción.
Esperaron a que finalizara el registro de personas y automóviles de apoyo. Mientras, integrantes de la APPO denunciaron públicamente que su compañera Blanca Canseco Díaz, coordinadora del sector Tlacolula, y Jaime Rojas Guzmán, integrante del Consejo General de Huelga, fueron interceptados en Nochistlán cuando viajaban para el DF. Tiempo después advirtieron que ya habían sido encontrados.
Pero la voz que se escucha en los alrededores no cesaba, “ustedes serán testigos de la brutalidad con que se trata en los retenes militares, constatarán las violaciones de los derechos humanos”. Los presentes lanzaron rechiflas, gritos a favor del movimiento y una vez más defendieron el estado “Oaxaca no es cuartel, fuera ejército de él”.
Apareció un adolescente de no más de 15 años “tenemos que ser rebeldes” gritó, “mientras más gente vaya a Oaxaca es mejor” aseguraba. Algunos intentaron calmarlo para evitar dividir el movimiento.
“Por respeto a la dignidad” rezaba la camisa de un joven y al frente el rostro de Marcos. A su lado una mujer de edad adulta, vestido rosa, tenis negros y un bote con el que pide cooperación voluntaria “No tengan miedo, al único que deben temer es a Dios”.
Y el único niño que se integró a las filas, menor de tres años, portaba pantalón militar. En tanto, continuaban los ataques a la prensa. Dos señores defendían, uno de ellos perteneciente a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, ojo claro, pelo rubio mezclado con cano, elegancia al hablar y únicamente llevaba su mochila. Los ciudadanos que apoyan y se quedaron en la ciudad repartieron sándwiches y aguas, advirtieron que no comieran frente a los que hacen huelga de hambre.
Bloquearon la circulación de avenida Juárez durante una hora y al unísono entonaron “venceremos, venceremos, al estado sabremos vencer”. Abordaron los camiones 15 minutos antes del mediodía. Y una mujer pasó en medio de ellos con un cartel que decía “Que Dios los bendiga hoy y siempre”.
“Vayan con espíritu ardiente y la cabeza bien fría” continúan gritando los organizadores. Uno de ellos pidió respeto sobre todo para los medios nacionales. A las 12:00 horas tomaron ruta los 11 camiones y los automóviles particulares. La numeración rebasaba los 50 y los participantes aproximaban a 500. A ellos se sumaron un número indefinido de camiones provenientes de Morelos, hicieron una parada en Huajuapan de León, donde se agregaron a la caravana 8 camiones más.

domingo, octubre 29, 2006

Como ser auxiliar de redaccion y no morir en el intento...

Cuando uno entra por primera vez a un medio no siempre llega en un lugar privilegiado de reportero. Además de las tareas del reportero hay quienes se encargan de hacer el trabajo de edición, diseño, selección de la información, infografías, fotografía... trabajo que también tiene su chiste e importancia.
Pero también existen las figuras detrás de los escritorios, las que no encuentran su nombre en los diarios, las que parecen invisibles al mundo exterior que solo toma el periódico y lo lee. Antes eran llamados huesos y se encargaban de hacer los mandados, ir por esto, por aquello, foguearse en el medio sin participar en él, aprender de los reporteros lo que pudieran, llegar hasta donde quisieran, fijarse una meta y alcanzarla.
Figuras como Luis Spota, Manuel Mejido, Carlos Denegri, crecieron así, se hicieron de la nada, de cargar los documentos del reportero estrella, ver, oír, aprender y callar hasta que estuviera lo suficientemente listo para preguntar, para reportear, para salir al mundo y madrearse con él.
Hoy aún existen los llamados huesos, aunque en su tiempo fuera realmente un despectivo hacia aquellos seres que no sabían nada de la vida.
Pero los tiempos cambian, aunque a muchos no les parezca la idea. Ahora los huesos no hacen lo mismo que antes, al menos no en el periódico en el que yo estuve. Ahí viví momentos importantes como futura profesional, ahí lancé la moneda al aire con la intención de que caiga un resultado favorable a mi apuesta.
Nuestra labor como auxiliares no es sencilla, sino más bien mecánica. Tomas dictados, bajas notas de los correos electrónicos, recibes llamadas, haces órdenes de trabajo, agenda, comunicas a los jefes con quienes piden hablar y sobre todo, lo más ventajoso, diría yo, estás al pendiente de lo que sucede sin leer el periódico. Aprendes cómo cabecean los grandes, cómo toman las decisiones de nota de ocho, segunda nota, cómo esqueman la información de manera que todo lleve congruencia y también te das cuenta cómo la publicidad mata la nota, y de pronto los espacios cambian, se abren y cierran páginas, cambia el esquema de la información.
Lo importante para un reportero es saber vender la nota, según como salgan los adelantos, que organizamos los auxiliares, es como entra o no tu información. Si el adelanto no convence, no vende, entonces la nota no sirve, aún cuando después resulte la mejor nota del mundo, si no aprendes a venderle la información a los jefes la publicación de la nota está más que negada.
En ese diario me dieron la oportunidad de enfrentarme a madrazos con la realidad, he salido a reportear algunos eventos sin que tenga todos los elementos necesarios para hacerlo. Al principio las notas no salían, absurdamente pensaba que por mala leche de los que se encargaban de decidir la información a publicar y a veces sigo pensándolo.
Más allá de lo antes mencionado, también aprendes la dimensión de la hipocresía, descubres que muchas veces quien te sonríe de frente te apuñala por la espalda, aprendes que en algunos casos la información públicada fue pagada directamente a los reporteros o al editor y que hay a quienes les importa un comino cómo viven los de abajo, prefieren publicar las estupideces que dicen los de arriba.
Aprendes que no siempre los que tienen puestos importantes son los mejor preparados y que a veces ignoran información importante para sectores fuertes de la sociedad.
A veces, con un poco de suerte, también conoces el amor, los amores tiernos, los pasionales, los verdaderos amores y los interesados en bajarte el cielo y las estrellas sólo para que caigas en la trampa y después... después te congelan en fuentes de las que nunca publican nada.
Las diferencias de estilo entre un diario y otro no son fáciles de entender, mucho menos es fácil acoplarte pero los tropezones te ayudan a aprender y en ocasiones encuentras a personas, reporteros, auxiliares, que te ayudan a crecer, a mejorar.
Los tipos de reporteros son variados, los hay prepotentes e inflexibles porque han cubierto presidencia, los hay de calle en fuentes como AMLO, conflictos armados o trágedias, incluso en aspectos de la ciudad y también los hay investigadores en fuentes como Cancillería y embajadas, los hay cercanos a los testimonios, como en el caso del sector salud y los hay boletineros y corruptos.
Aún en estos tiempos sigue vigente el sobre chico y el sobre grande, la despedida del año para los peridistas y también, aunque en el menor de los casos según corresponda los que se benefician con la publicidad.
Las redacciones son el kinder del periodismo, es donde aprendes lo más básico del periodismo, también lo mierda que se puede llegar a ser, la oportunidad existe en muchas redacciones, en medios audiovisuales, en radio, y a pesar de los malos tratos el hueso le sigue tirando a ser un buen reportero.

miércoles, septiembre 27, 2006

De abrazos, mesas, sillas y ceniceros.

Un abrazo parecería desagradable para algunos si viene de una persona hipócrita, sin embargo, dentro del contexto cotidiano, los abrazos son una de las manifestaciones de cariño más frecuentes, quizá más desgastadas, pero a veces también una de las más deseadas.
Playera verde, pantalón de mezclilla, lentes oscuros que impiden contemplar claramente la mirada de la persona sentada en una silla con el ánimo desgastado y aparentando estar bien. Llega un conocido se sienta, saluda de manera breve y ella responde cortante, entonces él intuye que ella necesita un abrazo, no sabe porqué, qué ocurre en su vida, que pasa por su mente ni tampoco sabe cuales son sus preocupaciones, pero tiene claro que ella necesita un abrazo porque la conoce y sabe que su estado de ánimo no es gris.
La mesa es la que observa de manera callada, vive este tipo de situaciones una y otra vez, todos los días, a toda hora, escucha las conversaciones y sabe porqué ella necesita un abrazo, sabe que no ha sido su mejor día, que en la escuela no está en las mejores condiciones, que el trabajo la tiene harta y por si fuera poco tiene un debate moral en la mente. Se debate entre el aborto o el parto, y piensa una y otra vez cuáles son los perjuicios y beneficios de cada opción. Sabe que traer a un hijo al mundo no es sencillo, pero tampoco quisiera tomar la solución más sencilla.
Entonces afina, debraya, el aborto es la solución de quienes tienen la posibilidad, quizá una mujer de escasos recursos no puede decidirse a buscar un doctor para que le practique un aborto y por eso debe tener un integrante más para su ya sobrepoblada familia de 7 hijos, tendrá que aguantar los 9 meses de embarazo, los ascos, mareos, antojos sin cumplir, cansancio extremo… pero una mujer que tiene las posibilidades y los recursos para tomar la decisión y continuar desarrollándose en su ambiente laboral ¿Por qué debería tener un hijo? ¿Porqué sacrificar su vida?
Puede ser un tanto egoísta, dice la silla, que también ha escuchado cada una de las conversaciones que pasan a veces a murmullos, a veces a gritos, pero es una opción viable. Las mujeres tienen la posibilidad de elegir cuándo tener hijos, hubo un descuido en cuanto al uso de anticonceptivos, pero un error no tiene porque costar tanto, los sueños, las metas, los estudios, el trabajo, la vida…
Y al debate entra un cenicero de cristal cortado, que de vez en cuando escucha las mismas voces, aclara que si bien fue un error los platos rotos no tiene porque pagarlos un ser indefenso que aún se está formando, juzga a los involucrados y los envía directo al infierno según los cánones religiosos que ha escuchado. No deben cometer un asesinato, grita al recibir la ceniza del cigarro, además advierte del peligro que corre la madre al aceptar una acción así, quizá no sólo sean físicos, sino también sentimentales, quizá ahora se sienta mejor y se desenvuelva como una profesional, pero en unos años se arrepentirá e intentará figurarse cómo hubiera sido el niño, la edad que tendría, las alegrías y tristezas que les hubiera dado.
Quizá para entonces ya no estén juntos, ya no se sienten en la misma silla, la mesa habrá sido destruida y el cenicero se habrá quebrado, el secreto estará a salvo porque los únicos elementos enterados habrán sido desaparecidos del panorama, aún cuando no pudieran hablar, siempre es mejor estar seguro de que no se correrá la voz por los metales.
Luego de tomar la decisión y llevarla a cabo, vuelven a sentarse, mirada perdida oculta bajo lentes negros, ropa oscura y algo holgada para tapar la evidencia, y entonces llega el abrazo, fuerte, prolongado, necesario para compartir las penas y planear un nuevo comienzo. Lo complementa un beso tierno, de apoyo al sentimiento fatalista, culpable, doloroso y al tomar de nuevo sus lugares ella se quita los anteojos que ocultaron su sentir, y con la mirada, sin palabras, se expresan aquella frase que aún cuando es tormentosa saben que también da paz: Esto también pasará…

Métodos utilizados para el aborto

martes, septiembre 26, 2006

Día 1


Parece un dìa cotidiano, pero no lo es. Aunque la rutina sea la misma para una persona, aunque a la misma hora el sol intente salir o el chico ideal llame por teléfono, el mundo no depende de esos detalles aunque sean parte de él.
A veces odio al mundo y a la rutina y al tiempo por no parar nunca, por andar como locos sin descanso y hacernos vivir cada día al filo de la nada, de pronto hay algo que cambia tu esquema, una bomba, un temblor, un sueño hecho realidad, una muerte, un nacimiento, una mala noticia, algo siempre hace que un día no vuelva a ser igual que el otro y de pronto uno ve y conoce a tanta gente que no tiene ni la más mínima idea de cuál es su destino. A fin de cuentas los planes se van al carajo y si nos ibamos a casar ocurrió algo que impide nuestros planes y los cambia de dirección, una mujer, un hombre, un niño, un accidente, nada es seguro en esta vida más que lo pasado, lo vivido, la experiencia que cada momento nos va dejando.
Miro el reloj y me doy cuenta de que dependiendo de donde esté y que haga corre más aprisa o más lento, hoy ha caminado con velocidad y mi mente no deja de pensar en lo que hice ayer, recordar los detalles, quizá para evitar repetirlo, quizá para no olvidarlo, o quizá simplemente por ocio.
Y de pronto ahí está, el periódico, lo miro, lo hojeo, intento leerlo un poco pero pienso en todo lo que lo rodea, quienes lo hacen, la impresión, los repartidores... y me digo y pregunto si realmente quiero eso para mi vida, si no preferirìa irme a la playa poner un negocio y vivir còmodamente y entonces recuerdo aquellas ocasiones en las que he abierto el periódico con el afán de encontrar mis notas y reafirmo que esa es mi vida, que no nací para otra cosa que no sea ser reportera, que me apasiona vivir en el medio y que amo a un hombre excesivamente trabajador, que siempre me ha enseñado a trabajar bien, limpiamente, a ir siempre más allá de lo que todos ven, a no conformarme con boletines y versiones estenográficas porque eso es para los reporterillos comunes y corrientes, siempre me ha enseñado que la nota está en las fuentes y que para encontrarla no tengo que meterme en los expedientes secretos, sino tener olfato, lógica para saber el rumbo de la nota y charlar con las fuentes.
Agradezco a todos los que han aportado algo en mi vida profesional, a los reporteros que me han dado consejos, a los compañeros que me han checado las notas antes de pasarlas, a quienes me han dado su apoyo moral y a quienes han detectado en que momento y porqué necesito un abrazo.
Gracias Dios por ponerlos en mi camino y gracias a todos por no esquivarme en su camino. Pero bueno, todo es cuestión de suerte o de humor, a veces en mis mejores días soy la mujer más chingona del mundo, auqneu en otros me miro al espejo y no logro encontrarme . Creo que es por eso que a veces me da por consultar el tarot, las cartas o simplemente mi biorritmo, esa sencilla grafica que me dice que efectivamente soy una chingona o que de plano no es mi día.
Hoy por ejemplo, tal parece que los resultados son favorables y me siento bien, que más da si es verdad o mentira, es...