domingo, julio 22, 2007

Maria....

Edgar vivía en un octavo piso, fumaba de vez en cuando y, en aquellas ocasiones en las que se sentía triste, pensaba en cómo sería su muerte- ¡María, María!, ¿qué voy a hacer contigo?- se preguntaba cuando estaba sólo en su lujoso departamento.
Se había dado cuenta de que María no era una mujer común, ella tenía una sonrisa embrujante, una voz provocadora, una mirada sensual, su cabello ocultaba en su cerebro toda una estrategia de seducción que funcionaba con cualquier hombre que ella deseara, no le importaba el dinero ni los lujos de Edgar, a ella lo que la satisfacía era el poder.
A veces terminaba enamorándose y simulando que todo tenía que acabar; otras, lloraba sin razón ni motivo al verse sola y en el mejor de los casos conservaba las fotos, las cartas, todos los recuerdos que pudieran evocar su fallida relación.
Edgar había caído en su embrujo, se había dejado seducir por ella y ahora no tenía la más mínima idea de cómo sacarla de su vida o de cómo atraérla a ella. Sabía que necesitaba ver el paisaje de su espalda en la cama, sabía que no podría vivir sin su mirada fija en su rostro después de hacer el amor, sabía que se volvería loco si la veía en los brazos de otro hombre y más sabía que moriría sin su cuerpo a su lado a la media noche.
Y la amaba, pero al mismo tiempo le era infiel, infiel con la mente, infiel con el cuerpo, infiel con el alma y ella, que había dejado atrás a sus amantes, a sus prospectos, a los hombres que en algún momento sacudieron su vida, se había ido de la casa al encontrarlo in fraganti con otra mujer, no armó panchos ni hizo escándalo, simplemente tomo sus cosas, las metió en una valija y se fue. No dijo una sola palabra.
Él no intentó seguirla, sabía que aun cuando le rogara ella no volvería. Ella nunca vuelve cuando se da cuenta que alguien la engaña, a menos que acepte desde un principio compartir a su hombre.
Cuando ella miraba sus hombres sabían lo que quería sin necesidad de que hablara, entendían a la perfección cuando ella quería que se fueran o cuando ella ansiaba sus cuerpos, entendían cuando quería estar sola y cuando necesitaba llorar, Edgar no era la excepción.
Cuando María se fue de la casa su mirada le dejó claro a Edgar que no quería volver a verlo jamás, que nunca le perdonaría su infidelidad y que no era necesario decir 20 mil excusas, él se había ido de su lado mucho antes de que ella lo encontrara con otra.
Quizás él nunca fue de ella, es probable que él nunca le haya dado un espacio en su vida porque siempre fue muy agitada y a veces, cuando eso ocurre los hombres y las mujeres se manejan por instantes, por intensidades, por momentos y su momento se había teminado, había llegado el final de su instante y ahora ambosdebían buscar nuevos horizontes.
Despertaron cada uno en situaciones distintas y se amaban, ellos lo sabían, pero había llegado el tiempo, era hora de despertar...

martes, julio 17, 2007

Ignoro por qué te amo,por qué estas en mi mente y por qué cualquier cosa que me pasa te la comunico. Ignoro la razón por la que tu imagen no se va de mi memoria, ni tus besos de mi boca, ni tu piel de mis manos, y aunque no quisiera y por más que me oponga te amo.
Quisiera, no, no quisiera que tu recuerdo se fuera de mi mente, es algo que me motiva a seguir adelante y pensar que estaremos juntos algún día, pero tus ojos me confunden entre el amor y el deseo.
A veces pienso que nacimos para no estar juntos aunque este breve tiempo lo hemos estado, pienso que tu destino está marcado muy lejos del mío y a veces tu sonrisa me dice que no es verdad, rompe mis esquemas, mis ideas, mis prejuicios, a veces rompes incluso mis planes de vida.
No importa, sólo piensa en mí siempre, con eso me conformo aunque no estemos juntos..

miércoles, julio 04, 2007

Creo que el sonámbulo no solo está poseido por el deseo, su brújula es el cuerpo del otro, pero creo que trasciende para ser un coleccionista de intensidades, de instantes irrepetibles, a veces basta con tener la primera sensación para estar satisfecho, a veces no se encuentra una pasión tan fuerte y otras es mejor no seguir con el juego, el sonámbulo simplemente es una persona más sensible al deseo...