jueves, octubre 01, 2009

La selección

Rocío odiaba el fútbol, no soportaba verlo, tampoco escuchar que hablaran tan efusivamente de uno u otro jugador y llegar a entrevistar a uno era casi como un martirio.
Un día tuvo que tomar un taxi para llegar a tiempo a su trabajo y en el camino el conductor no tuvo otra idea más que preguntar ¿y cómo vio a nuestra selección que perdió contra Colombia?
De manera inmediata su mente se bloqueó y se quedó con cara de what, pero recordó lo que un viejo amigo le dijo una vez, la gente necesita ser escuchada y escuchar.
Entonces tuvo su primera plática sobre fútbol. El señor dijo no ser tan fan del fútbol mexicano y tampoco vio completo el partido.
Rocío le dijo que ella no entendía mucho y tampoco veía los partidos, pero que por lo menos habían anotado el de la dignidad y luego coincidieron, la afición ha ido cayendo, la gente ya no apoya a la selección como antes y a veces de todo el equipo sólo uno es el bueno y el conocido.
Añadieron, claro, el eterno dilema. Los futbolistas no tienen castigo si algo falla, no los corren de su chamba de manera inmediata como a cualquiera que cometa un error y on José, el chofer, apuntó que quizá era porque ellos ganaban mucho y cuando llegaban a la selección como que perdían el interés de seguir más arriba, quizá porque muchos se saben limitados para llegar a las grandes ligas y quizá porque subir más para ganar más ya no es un aliciente.
En fin, quizá la mayoría de las cosas fueron tonterías, curiosamente después Rocío se topó a un par de jugadores rodeados por cámaras de televisión y micrófonos y, por si fuera poco, por la noche su mamá le dijo que había ganado con sus alumnos una apuesta: ella les apostó una coca a que México no ganaba... no cabe duda, la afición se va acabando y quizá ese sea el peor castigo que los jugadores puedan tener.

No hay comentarios.: