martes, febrero 06, 2007

Fue él, sí fue él...

Hubo alguna vez un camino y dos caminantes, el camino era bastante largo, como decir de Reforma a Hidalgo, que al ir acompañada el panorama era más agradable, que en lugar de ir pensando en cuánto caminaba mi mente se concentraba en contar cuánto habría de pasar para que esa persona se fuera.
Fue en ese camino cuando por primera vez me dijo que quería dormir conmigo, fue entonces cuando lo besé, no por primera vez pero igual me volvió loca esa forma de rozar sus labios con los míos y hacer que en un segundo deseara no salir más de sus brazos.
Hubo un tiempo, ese tiempo, ese camino, ese transcurso, en el que fui inmensamente feliz, en el que no me importaba qué hacer ni cómo hacerlo, todos los aspectos de mi vida eran equilibrados y gozaban de tranquilidad.
Me molestaba que la mochila golpeara mis piernas y más que él no la tomara para evitarme la fatiga, pero recuerdo aquella tarde en la que, frente a una figura de mujer desnuda nos sentamos y el durmió recostado en mis piernas. Quizá no fue mucho tiempo, cuestión de minutos , pero pude recorrer su rostro con mis dedos, grabarlo en ellos, moldear con mis manos la figura de su frente, su nariz, sus mejillas, su boca, esa boca de la que tantas veces escuché un te amo y de las que no escuche nunca una sola palabra que indicara que se había olvidado de mí, de mi aroma, de mi esencia, de mi ser. Aun ahora no logro creer que se haya olvidado de mí por completo, creo que yo fui un parteaguas en su vida como el lo fue en la mía.
Hay quienes dicen que tengo una bella sonrisa o unos ojos muy expresivos, unas cejas coquetas, un cuerpo exquisito... todas son mentiras, no tengo nada de lo que muchos creen, pero tengo los recuerdos de cuando en realidad me sentí la mujer más hermosa del mundo, de cuando miraba al cielo y encontraba en las nubes las formas más extrañas de vida celeste... A quellos días en los que aún un vulgar "mamacita" provocaba una sonrisa en mi rostro porque sabía que quien lo decía tenía razón y era yo la primera en creermelo.
Viví, como alguna vez todos lo hacemos, un amor extraordinario, un apendejamiento sin palabras, un mundo satisfactorio para mi vida y mi ser, simplemente una historia de pasión...
No había tiempo, esa fue su excusa y en un intento vano por demostrarle que aun había entre nosotros algo que rescatar yo organicé el tiempo, decidí pasar junto a él una tarde creada por mí, intentando (más absurdo aún) complacer sus fantasías y ser como él quería que fuera.
Debo reconocer que me dolió no poder ni siquiera despedirme, más allá, luego de ver que sólo le interesaba mi cuerpo sentí un vacío de desprecio hacia mi misma y decidí sumergirme en un depresión profunda, inmensa, eso provocó que mi instinto artístico (si alguna vez lo he tenido) saliera a la luz y mostrara imagenes de decepción por mi tonta y falsa ilusión y fe en el amor.
Desde entonces no creo más en él, ocupo mi tiempo para olvidar que puedo siquiera tener un amor, para bloquear mi mente y estar consciente de que ni hoy ni mañana ni nunca tendrá a mi lado a un hombre que este eternamente conmigo si subo de peso o me vuelvo vieja. No tengo tiempo es la respuesta que he dado a más de uno cuando intentan adentrarse a mi vida y esque, en el fondo, siento miedo de volver a enamorarme, de volver a creer en un hombre.
Las pocas ocasiones en las que me he mostrado dispuesta a olvidar ese temor no han sido fructíferas porque a ellos no les interesa estar conmigo...
Y si algún día me miran y advierten que estoy como escondida en la nada, como perdida por todo, como sin ganas de tomar una cerveza, sepan que es porque miro al cielo y aun no logro encontrar alguien que logre ocupar el vacío que él dejo....

No hay comentarios.: