domingo, marzo 30, 2008

Una, sólo una, fue sólo una vez, sólo una palabra, sólo una mirada la que provocó su locura. Fue sólo un instante en que él la vio, sólo un sonido el que pudo emitir, fue sólo un roce y aún así ella lo había dejado hipnotizado. Fue sólo un aroma, sólo un respiro, sólo un breve contacto de su lengua con su piel y él sabía que no podría olvidarla nunca.
No hubo tiempo, no hubo espacio, no había otro mundo real que no fuera la fantasía en la que vivían, el misterio de ser tan conocidos y tan extraños, la alegría de estar juntos estando tan separados.
Y en esa esfera vivieron felices, no fueron años, ni meses, fue sólo un par de horas en las que los dos permanecieron como uno sólo, como si hubiera sido sólo una hora, como si sólo un momento de sus vidas se hubieran convertido en todas ellas.
Sólo fue una vez pero ya no hay manera de sacarla de su vida...

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