sábado, agosto 22, 2009

¿¿¿Para qué un huachinango???

Rossana en realidad ya es una joven, pero sigue andando con el temor de una adolescente. A lo lejos se le ve tímida, escurridiza, con un disfraz puesto todo el tiempo y desconfiada de sí misma.
Está herida y de manera inconsciente tiene en su mente esa historia de aceptación social, los estereotipos que desde niños nos cuentan y una cueva en la que se refugia con sólo un viso de luz.
Busca un cómplice, para hacer travesuras, para viajar, para reir, para hablar del paso de los días, de la escuela o del trabajo. Lamentablemente quienes han llegado no encajan en el rompecabezas. A veces parece que sí y justo en el último momento resulta que tiene una curvita de más.
Pero ello no significa que el rompecabezas esté incompleto. Hoy se casaron Juana y Alfonso, ya habían encontrado la pieza de su rompecabezas, ya le habían añadido dos más, una Fátima y un Alfonso, sólo quisieron ponerle un poco de pegamento a las piezas aunque eso no garantice que si se inunda la casa las piezas puedan seguir pegadas.
Pero su rompecabezas sigue abierto, un buen rompecabezas nunca se cierra porque uno va acercando las piezas que lo complementan. A veces la pieza que falta es el trabajo, a veces es un buen amigo, a veces esa pieza es uno mismo en solead y en plenitud con esa decisión, a veces puede ser un hombre o una mujer, pero las piezas no son iguales para ninguno de nosotros.
Rossana podría encontrar su complemento en todo el mar de piezas, puede que no, puede tomar una que más se asemeje a lo que busca o puede crear una pieza propia. Con el tiempo tomará decisiones, sumará piezas, restará preocupación y sufrimiento, añadirá un poco de exigencia y se dará cuenta que nunca es suficiente.
Pero también se dará cuenta de que su rompecabezas nunca está incompleto, tiene la ficha más importante, que es ella misma y sí, cuando se tienen pocas fichas es común voltear a otro lado y preguntar ¿Por qué yo no tengo esas piezas?, entra la nostalgia y la tristeza, regresan los muertos indeseables y en el mejor de los casos tendrá la fortaleza de enterrarlos de nuevo y dejarlos callados, como siempre debieron estar. En ese caso es mejor estar sola, Rossana se dará cuenta y después, un día alguien la leerá, se volverá su seguidor, le escribirá porque se identificó con ella y ella buscará contarle que también pasó por la misma historia y que, aunque no lo crea, eso también pasará.
Mientras tanto, le dirá: disfruta tu dolor, tu sufrimiento, tus alegrías y esa sonrisa magistral, degústalo sin preocupación, cierra los ojos, imagínate en la playa, sentada en la arena, abres los ojos y ves el mar, ves esa inmensidad que es el mar y te das cuenta que no necesitas pescar forzosamente un huachinango cuando hay otros ocho mil peces bajo del mar...

1 comentario:

Michu dijo...

Simplemente Gracias...

Cuando me enteré de que me habías comentado me alegre, ya que nunca pensé que te detendrías a leerme un instante.
Gracias nuevamente por tus palabras, ya que éstas embriagaron de calor la soledad en la estoy.
Gracias