domingo, julio 20, 2008

Nunca pierdes el estilo

Te vi hace unos días y no pude ni hablarte. Llámalo remordimiento, arrepentimiento, temor o como quieras. No pude articular ni siquiera un hola porque mi corazón saltaba del gusto y del temor al mismo tiempo. Lo bueno, creo yo, es que tú no pierdes el estilo, me da gusto haberte visto y que estés bien y por ello quisiera escribirte unas palabras que sabrá Dios si algún día llegues a leer.
*****
Perdóname amiga, hoy, después de 6 años de no vernos y no saber de ti, quiero pedirte perdón. Perdón porque no estuve contigo cuando me necesitaste, porque no te abrace cuando supiste que estabas embarazada, porque no te busqué para darte mi apoyo, porque no te llamé para felicitarte por el nacimiento de tu bebé ni por tu cumpleaños nunca más.
Perdón porque yo me dije tu amiga, tu hermana, miles de veces pero cuando era necesario no te di mi mano, ni mi brazo, ni siquiera mi hombro o mi oído para que dijeras lo que sentías. Perdón porque no pude dar una palabra de aliento, porque no hice nada para demostrar que realmente era tu amiga, porque ni siquiera sabía de tu paradero y porque, aún cuando varias veces pensé en pasar por la que era tu casa, nunca me atreví a acercarme.
Perdón por no haber cumplido nuestros sueños de vivir las tres amigas en un depa a los 18, porque no fui la madrina de tu hijo o hija, porque no te vi madurar de manera obligada, porque no platiqué contigo más allá de las cosas escolares.
Ahora que te he visto habría querido decírtelo en persona, pedirte perdón y abrazarte con todo el cariño que te tengo. Te recuerdo con tu pantalón beige y tu blusa negra, con tu cara de niña y tus ganas de vivir y ser una mujer plena, con tu coquetería innata y tu capacidad para decir lo siento.
Debo agradecerte el conocer al hombre al que amo, fue por ti y por nuestra obsesión por Six Flags que hoy puedo estar con él, que puedo mirarlo a la cara y agradecer a Dios el que esté a mi lado, agradecer que no se quedó contigo por razones del destino y hoy está a mi lado.
Habría que contar tantas cosas, relatar paso a paso todo lo que ha ocurrido en estos seis años de mi vida en que no he sabido nada de ti, en los que extrañé tu presencia para poder saberme escuchada por una amiga.
No puedo más que desearte que Dios te bendiga a cada paso que des, en cada acción que hagas, en cada proyecto que emprendas, que Dios bendiga tu camino por haberme dejado tantas cosas y haberte llevado tantas otras.
Te quiero mucho Liz.
KP

No hay comentarios.: