domingo, noviembre 16, 2008

Me quedo con tus manos recorriendo mi piel

Me quedo con tus manos recorriendo mi piel, tu lengua saboreando mi espalda, tus ojos devorando mi cuerpo, tu aliento dándome calor, tu voz repitiendo que me quieres y que con nadie has sentido lo que conmigo, me quedo con tu pensamiento, con tus besos intensos, tus llamadas por teléfono, tus orgasmos incansables, tu sonrisa satisfecha, tus silencios risueños y tus risas silenciosas, me quedo con la venta abierta, el frío del balcón y la mirada del octavo paraíso.
Me quedo con las ganas de los dos cuando nos vemos, con los besos no dados, con las palabras no dichas, con las caricias soñadas, sin el frío de la noche cuando siento tu abrazo, con los gritos y los gemidos, con las palabras de cada encuentro, con la mirada perversa que siempre quiere más con el corazón partido y el alma sobrevolando el cuerpo.
Y me quedo con tu imagen en las manos, en el cuerpo, con la historia que escribiste en el lienzo de mi piel y la que seguramente leíste y te dijo la verdad aunque yo quisiera ocultar algo, me quedo con el fantasma de tu cuerpo y la sombra de tu piel porque aunque tú me quieras y yo te quiera no podemos estar juntos porque Dios debió encontrarnos antes, porque el tiempo no perdona y porque tu historia y la mía ya se soltaron... al menos por ahora.

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