martes, diciembre 18, 2007

Despertar y morir

Y un día extraño Karla tuvo que despertar, era a ella a quien Diego había conocido hace 9 años y cada año religiosamente ella se ocupaba de llamarle en su cumpleaños para felicitarlo.
Ivett no estuvo muy de acuerdo, eso rompía el pacto que habían hecho de que Karla permaneciera dormida mientras Ivett se ocupaba de ser feliz pero Ivett sabía de antemano que la tarea de felicitar a Diego era netamente de Karla, aquella niña de 13años que lo había conocido en Reino Aventura cuando aún existía y que nunca había dicho que le gustaba porque él iba tras los huesitos de su mejor amiga.
Hablar con Diego era algo que Ivett no podía hacer, Diego no la reconocería, por eso tuvo que despertar a Karla y fue justo uo de esos momentos que hacen que el mudo gire en otra dirección y cmbian por completo el sentido de la vida.
Karla nunca creyó que después de presentar a Ivett ante Diego éste pudiera querer a ambas y más aún que pudiera convivir con ambas sin que una se enojara con la otra. Hoy coexisten Karla e Ivett con el mismo hombre, a veces Karla se pasa de melosa, Ivett suele sensibilizar al extremo y ser atrevida, existen las dos y pueden convivir sólo con un hombre. Ese hombre eres tú, tú que has logrado que no se envidien una a la otra, que no quieran matarse; tú que sabes tomar, como en un duvalín, un poco de ambas; tú que hoy me haces sonreir y ser feliz y buscar a toda costa también tu felicidad; tú que has movido tanto en mí que hoy debo decir a todos los que me leen y me escuchan que Ivett ha decidido no volver a salir, fingirá que ha muerto y todos están invitados a su funeral, no lo lamenten, sólo está tratando de ser feliz y lo es...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿No sería bueno mantener a Ivett como conciencia?

Karla Portugal dijo...

Nop, Ivett es demasiado permisiva, aunque... le pregunté si quería permanecer como conciencia pero me aventó libros y peliculas diciendo que es feliz estando con Diego, que no le interesa ser conciencia de nadie y que no la moleste, que el único que puede hacerlo es él cuando la besa con pasión, cuando acaricia su espalda, cuando devora su lengua y reaparece la fiebre de unas manos que se atreven, cuando le repite una y mil beses que la quiere y se lo demuestra en cada beso. No quiere saber de nadie más que de él, creo que está enferma y está vez no podrá curarse a menos que esté con él.