jueves, junio 25, 2009

Todo en esta vida es posible y pasar del amor al odio es más sencillo que jugar con el resorte. Todo empieza con el odio más bien, el rencor, la inconformidad, el enojo... pero todo lleva a un lugar: la indiferencia. Triste porque no hay nada más doloroso que ello, feliz porque la misma gente lo busca. No quiero decir más, no lo vales...

1 comentario:

Adriana Dorantes Moreno dijo...

Hey!! estaba viajando por aquí por tu blog... personalmente creo que existe una línea muy delgada que divide el odio del amor, tan mínima que es imperceptible, ambos sentimientos se forman de la misma manera, a veces uno odia, sólo porque ama. Así es el amor, llega a un punto tal que parece tener la fuerza de derribarlo todo... pero se nos olvida que el amor se acaba y entonces es cuando duele. El consuelo que nos queda, creo, es que el odio tampoco es eterno.