miércoles, junio 16, 2010

La sorpresa

En dos ocasiones distintas y lejanas Martina se había quedado muda, perpleja, asombrada, con la mirada fija, la atención puesta en el suceso y la mente avanzando a 300 kilómetros por hora.
Ahí estaba, sentada, mirando cómo Ramón, que apenas tenía 13 años, caminaba a las afueras de Metro Garibaldi acomodándose la Beretta, de 730 gramos con la que padre había fallecido, en el borde del pantalón que le quedaba grande.
La acomodaba para que nadie la notara pero Martina lo vio y lo sintió intimidante, abusivo y con los ojos fijos en querer ser un sicario de aquellos chonchos que tanto alardeaban en la colonia.
Era su hermano y no podía hacer nada, era su hermano y sabía que algún día terminaría llendo a reconocerlo al forense, sería cuando sus sueños gangsteriles se fueran por la borda.
Cualquier pesrsona en el lugar de Martina habría corrido, mirado hacia otro lado o habría subido de manera inmediata el vidrio del coche. Ella lo miró, observó el movimiento de sus manos y mantuvo el teléfono en mano, sin acertar a decir una palabra.
La otra ocasión en la que había quedado perpleja fue cuando viajo a Medio Oriente, identificó una estética por el rojo y azul, además de las tijeras, a un lado había unas escalerillas, era el acceso al salón de mujeres.
Subió, había ahí tres mujeres, reían, ella habló un mal árabe que pedía un corte de cabello, la estilista o acertaba a decir que sí, lo pensó y después decidió.
Martina se sentó y esperó a que la mujer secara el cabello de su clienta, a que lo planchara más bien, con un cepillo y la secadora.
Esa vez quedó perpleja por todo, primero porque del cabello salía humo incesantemente, parecía que lo quemaban y al parecer eso era real; segundo porque su distracción era un programa donde un niño y una niña competían por decir de manera correcta las oraciones del día y tercera porque tras arreglarse tan lindo el cabello aquella chica de uno 19 años se puso el velo negro y cubrió todo aquel esfuerzo.
Cómo podía pagar para que la arreglaran linda y luego cubrirse?? cómo podían divertirse con esos programas?? Cómo le cortarían el cabello??
Para su sorpresa quedó maravillada con ello y ella, por ser extranjera no lo cubrió.
Dos situaciones, su cara intacta con un gesto de sorpresa, con la mirada fija...

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