miércoles, septiembre 23, 2009

Gracias por las chingaderas...

Ale miraba fijamente la escalera eléctrica y de pronto se perdió. Comenzó a recordar, por la llamada que había recibido, aquellos viejos tiempos en los que vivió feliz con un hombre a su lado, al menos por unas horas a la semana.
Suspiró y dijo en voz alta para un interlocutor ausente: "Ayyy Zaid, porque tenías que hacer esas chingaderas si todo estaba tan bien". Los recuerdos estaban abrumando su mente cuando con la rapidez de un relámpago su panorama cambió.
Recordó cuando encontró el amor con Israel, cuando descubrió más allá del simple sexo con Roberto, cuando salía a ver pelis y exposiciones con Lalo, cuando intentó formalizar algo y amó intensamente a Pedro... "Sí tú no hubieras hecho esas chingaderas- dijo de nuevo al aire- ahorita seguiríamos juntos, no habría sentido el amor apendejador, la idealización del ser amado, la complicidad de los amigos, ni el amor convivencial, no habría vivido todo lo que pasó en mi vida después de que tú te fuiste. En ese caso- reiteró- más bien debo agradecerte el hacer esas chingaderas, contigo no habría crecido nunca". Apenas acababa de decir la última palabra cuando Zaid apareció frente a ella, no recibió más que una sonrisa y la espalda más bella que jamás había visto.

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