sábado, mayo 23, 2020

Viajes para mis hijos

Si alguien me hubiera dicho cuando era niña que existía un lugar que se llamaba Bali, donde todos los días las mujeres hacen ofrendas hermosas con flores e incienso para sus dioses, donde buscan la armonía con la naturaleza, con Dios y con los seres humanos, si me hubieran dicho que algún día yo lo conocería con mis propios ojos, habría sonreído y preguntado más. Pero no fue así. 

Recuerdo que cuando era pequeña me acostaba en el sillón con las piernas extendidas en el respaldo, escuchando tiempo de vals e imaginando el momento de mis 15 años. Eso era lo que más me entusiasmaba. Con tantos viajes que Marvin y yo hemos hecho, ha venido a mi mente una idea en particular, hacer un libro de viajes para mis hijos. 

Quiero que cuando crezcan sepan cómo nos enamoramos, pero también cómo son las playas de Cuba y sus calles, el sabor de su son y de su ron. Quiero que puedan imaginarse lo impresionante que es la sabana africana, contarles cómo es el silencio allá donde la naturaleza transcurre a su propio ritmo. Me imagino contándoles cuando estuvimos en Marruecos y descubrimos cómo hacían la Nutella local, un manjar de los dioses. Quiero contarles la vez que madrugamos para ver a los balineses ofrecer su día a la diosa Saraswati, la diosa de la sabiduría, y cómo para honrarla se metían al bravo mar, a fluir como el agua. 
Quiero contarles cómo es el cielo estrellado más bonito que he visto con la isla a oscuras y en completo silencio, cómo fue la sensación de recolectarme con el mundo ancestral. 

Sé que al paso del tiempo ellos tendrán sus propias historias mientras viajamos y después, cuando ellos viajen por sí solos. Pero también sé que puedo contarles que el mundo no tiene fronteras, que las hemos puesto nosotros, pero que su papá y yo nos hemos unido para atravesarlas, para llevarlos a explorar y a crecer, a conocer, que todo lo que hemos vivido y a lo que nos hemos atrevido es porque sabemos que será un legado para ellos, para que sean quienes elijan ser y no quienes "el mundo" quieren que sean. Si algo aprenderán desde chiquitos con su propia vivencia será lo que es la libertad. 

Pero mientras eso ocurre, empezaré a escribir, empezaré a contarles nuestras memorias, la historia de cómo nos volvimos nómadas. 





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