miércoles, mayo 21, 2008

¿Por qué te alejaste de mí?

Atenderé tu petición pues, hoy no escribiré extrañezas ni nostalgias, ni depresión ni confusiones. Hoy contaré una historia inexistente pero superada por la realidad.
-¿Por qué te alejaste de mí?- preguntó él con un poco de extrañeza, nostalgia, deseo y alcohol
Ella no supo que decir en ese momento, no recordaba lo que había pasado e incluso pensó que en efecto había sido una ingrata
-Tú sabías que yo quería contigo, pero te alejaste y te conseguiste un novio ¿por qué?- insistió él
Ella recordó parte de su historia pero no lo dijo.
Se conocieron un día en los viveros, a él en realidad no le llamaba mucho la atención, era la típica nerd mosca muerta que llama la atención por su seriedad. Pero se conocieron y se complementaron, se hicieron lazos fuertes entre ellos y no tanto por el supuesto noviazgo, sino porque coincidían en muchas expresiones artísticas literarias, su idealismo por no ser parte del sistema, la intención de cambiar el mundo. Terminaron después de un mes de andar, justo cuando ella volvió de vacaciones decembrinas.
Él consiguió una novia, otra, otra, regresaron unas semanas siendo algo completamente extraño, ni novios ni free sino todo lo contrario, pero ella volvió a terminar la relación cuando él hacía todo lo posible porque funcionara.
Se fue y pasaron unos dos años para que se encontraran de nuevo. Un día que él fue a visitar a unos amigos y se vieron de nuevo, ella llevaba una bufanda de él, lo que de inmediato provocó recuerdos y un inmenso gusto por mirarse de nuevo.
Pasó el tiempo, hasta que un día de pronto se llamaron casi a diario, se veían casi cada tercer día, salían a bailar o a tomar, o simplemente a dar un paseo por calles desconocidas, salieron para compartirse sus desgracias amorosas y cayeron en una espiral, una adicción, un deseo.
Tomaban en su casa, leían las cartas, dormían juntos y seguían contándose sus desamores. Fue quizá por un reencuentro, por la enfermedad o por la falta de tiempo que se dejaron de ver. Él ya no la visitaba, ella ya no lo llamaba y ambos siguieron un camino distinto.
La última vez que se vieron él le dijo que aquel por el que ella tanto lloraba no la quería y que de nada habían servido sus desvelos frente a su casa, tampoco los obsequios que de corazón le hiciera, él, dijo su amigo, era un hombre egoísta que pensaba en su bien y ella debía valorarse. Y le contó que andaba con una chica mayor que él pero melosa a morir, incluso le llamó mientras platicaban.
Él había dicho en muchas ocasiones que necesitaba una novia, alguien con quien pasar tiempo, que estuviera con él, pero ella había dejado claro que eran todo menos novios. Y se alejaron, se fueron, volaron, volvieron y de nuevo se hablan. De vez en cuando, a veces ni uno ni otro contesta, pero a su manera, en su lenguaje, se quieren, se miran, se desean, se desnudan, se besan, hacen el amor como fantasmas y vuelven a dormir para despertar solos.
Por eso fue tan extraño que preguntara eso, porque nunca hubo un adiós sino un hasta pronto...

No hay comentarios.: