No quisiera ser un anuncio de esta exposición, más bien quisiera contar mi experiencia y mi sentir. Hace algunos años fui a este supuesto espectáculo que se presentaba en Bellas Artes y que ahora ha sido retomado por Fundación Televisa, de quien no me consta tenga las mejores intenciones. El chiste es que realmente fue una buena experiencia.
Aprendí que no siempre lo que vemos es real; que vale más poder olerlo, sentirlo, escucharlo, porque lo que vemos muchas veces desaparece de nuetros ojos;aprendí que sería mejor el mundo si los verdaderamente ciegos pudieramos darnos cuenta de lo que hacemos mal, si aceptaramos nuestros errores y nuestros aciertos evitaramos divulgarlos como si hubiera sido un favor.
Aprendí también a desarrollar mi tacto, a no ser brusca al tomar a las personas, sino acarciar, a dar en cada roce un poco de cariño; aprendí a reconocer la inteligencia de las personas y la dificultad de escuchar pero no saber en qué punto te encuentras.
Personalmente hay veces que no creo en aquellos que suben con un bastón de ciegos al metro pidiendo ayuda, menos les creo ahora que se suben a vender discos, lo que sí sé es que ellos han logrado dominar su miedo, ese miedo a lo que no ven, a lo que no pueden ver, mientras que nosotros, quienes tenemos los cinco sentidos nos conformamos con las porquerías que nos dan visualmente, nos conformamos también con lo superficial y vano.
Lo más cruel y terrible es que a veces por la ceguera de otros sacrificamos sueños, ilusiones, y no es una ceguera física, es una falta de vista de la realidad, de las cosas que realmente valen, personas que buscan su bienestar...
Lástima que no vean lo que es valioso, que pena por aquellos que se preocupan por no ser delatados o por cubrirse unos a otros porque finalmente son unos cobardes que demuestran su poca hombría... No sólo se ven patéticos haciendo ridiculeces y venganzas, son fracasados y frustrados que no merecen ni siquiera lástima.
En cambio, la gente realmente valiosa, no importa si tiene problemas visuales, físicos, auditivos, qué más da, esa gente está en las calles vendiendo discos... no es una ironía?
Dios da a unos lo que falta a otros, no entiendo cómo a veces concentra tanta maldad, arrogancia, prepotencia, en pocas palabras no sé cómo puede a veces poner tanta mierda en el mismo lugar, sólo una cosa.... Tienen un precio, pero no tienen valor....
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