lunes, enero 07, 2008

Un brindis por el hombre que tiene mi corazón, los pendejos (sin ofender) que lo tuvieron y los suertudos que me conozcan

Hoy hago un brindis por el hombre que tiene mi corazón, por aquel que ha logrado conquistarme y hacerme feliz, que ha entendido mis razones, que ha alentado mis sueños, brindo por el hombre al que amo. Brindo por aquellos a quienes di mi corazón y lo tiraron, por quienes lo rechazaron o simplemente quisieron ver si podría esperar por toda la eternidad y descubrieron que antes de amanecer ya se había hecho tarde. Brindo por aquellos que aún no conozco y que tendrán un papel importante en mi vida, en resumidas cuentas brindo por el presente, por el pasado y por el futuro.
Brindo por el hombre dueño de mi pasión, de mi deseo, brindo por ti porque deseo cada roce de tus manos, cada beso que me toca, cada mirada que me desnuda, cada palabra que me acaricia; deseo sentir tu cuerpo unido al mío, desnudos, húmedos, calientes; deseo sentir tus manos que recorran mi cuerpo, que delicadamente me desnuden y descubran poco a poco cada parte de mi piel; deseo llenarme, embriagarme de ti, de mi, de nosotros, de este amor que si vivieramos con toda su intensidad moriríamos; brindo por ti porque deseo ser parte de tu vida y que tú seas parte de la mía; deseo ser tu sueño y tu realidad, tu frío y tu calor, tu soledad y tu compañía; deseo estar contigo siempre.
Deseo que todos sus deseos se cumplan, que escuchen y vivan en su momento las voces deseantes; que deseen siempre ser felices y ser mejores; que aquello que en vano desean se borre de sus mentes; que deseen con el corazón y con la mente y no sólo con el sexo; deseo que Dios los bendiga hoy y siempre.

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