sábado, marzo 13, 2010

Historia

A José se le iban cerrando los ojos de vez en cuando, cada dos minutos o cada 30 segundos. Manejaba rumbo a Patriotismo, su tarjeton decía que era taxista desde 2004, con número de licencia 35492945 y su tipo de sangre era O+.
Había tráfico, el suficiente para que los vendedores ambulantes salieran entre los pasillos de coches. María iba en el mismo coche, pensaba en la inmortalidad del cangrejo y en la lucha del pez por ir nadando en contracorriente. De pronto volteó y lo vio con los ojos cerrados, quedó aterrada y se sujetaba con más fuerza a lo que se pudiera. Llamó por teléfono, necesitaba unos documentos y mientras ella hablaba se escuchó el golpe seco, ella y José dieron el rebote propio de un choque en el carril izquierdo de Circuito Interior.
Él hizo una expresión de mentada de madre, tronó la boca y se bajó a ver qué había pasado, el jetta negro que iba adelante lo conducía una mujer. Los coches no tenían nada, la señora alegó el jalón que sufrieron su cuerpo y su cabeza y todo terminó en paz, cada uno se subió a su coche.
José era un taxista que había chocado, se bajó a ver su coche, subió y en ningún momento le preguntó a su pasajera cómo estaba, si se sentía bien, si le había pasado algo y ella pensaba interiormente "cómo no ibas a chocar guey, si ienes cabeceando y con los ojos cerrados a medio camino". Afortunadamente no pasó nada. María pudo llegar a su compromiso, era como una fiesta de 15 años pero la festejada era una mujer de 60. Sus hijos le habían preparado la sorpresa y estaba incluído el vals familiar, las mañanitas, el baile con el ex esposo, la comida, los regalos y el baile con el novio.
Tiene un afán de que, a todo lo que dice le agrega "con todo respeto". En la fiesta vio a sus amigas que se ven mucho más viejas "con todo respeto", bailó con su ex marido al que siempre quiso mucho y que Dios tendrá que perdonarlo por lo que le hizo "con todo respeto", dice que ella nunca ha tenido ninguna enfermedad de transmisión sexual y sugiere que se realicen los examenes cada año "con todo respeto", abraza a sus hijos y a cada uno de los invitados "con todo respeto".
Ella hubiese querido ir de vestido, pero sus hijos le habían dicho que irían al festejo de la oficina, así que se había llevado un traje sastre. Fue retenida en la entrada mientras todos pasaban, cuando le indicaron la dirección dijo que no era esa fiesta porque se escuchaban as mañanitas y cuando entró y vio de a poco a toda su familia, a sus amigos, a sus nietos, y escuchó su nombre en todo el salón, se quedó sin habla. La emoción no le dejó esbozar una sola palabra y no lo necesitaba, bastaba con sentir a la gente a su alrededor.
Al final tomño un taxi para regresar a casa. Olvidó su bolso. Lo encontró Alfredo, un hombre que trabaja desde hace 13 años en Petróleos Mexicanos, se despierta a las 5:00 horas, a las 6:00 horas prende el auto y trabaja su taxi dos horas, en lo que llega la hora de la oficina. Tiene dos hijos, su sueldo alcanza para lo básico, sale a las 16:00 horas y vuelve a tomar el taxi.
Dice que lo relaja un poco, quizá sea que tiene vocación para ser taxista, quizá simplemente es que necesita más dinero para tener una mejor calidad de vida. ¿mejor? ¿es mejor cuando tu hijo reprueba dos materias, cuando viste como pordiosero y cuando olvida todo lo que le enseñaste?
El eterno dilema viene a su mente siempre, si ale la pena trabajar para tener más dinero y darle lo mejor a sus hijos o darles tiempo aunque sólo puedan tener lo básico. Preguntas sin respuesta, ni siquiera de los hijos, porque uno siempre quiere tener todo, tiempo, dinero, salud, amor, todo, cuando lo único que realmente tiene es su propia historia para contarla.

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