Camino por la calle por la ruta que me lleva a la escuela, parece un buen momento para mirar a la gnte, para buscar su mirada y decifrar cn un solo movimiento lo que piensan, sienten y buscan.
Es tan dificil encontrar los ojos de la gente, porque las personas evitan el contacto con el otro, prefieren ver el piso o ver los anuncios que han sido muy bien colocados en el metro, pero pocos permiten que otra mirada se encuentre con la suya.
Comienza el juego de las miradas seductoras, no por ser atrevidas o vulgares, sino precisamente por ser recatadas, medidas, son sólo un toque de mirada pero bien marcado hacia quién va dirigida. Es en esas miradas donde surgen los sentimientos que ponen la piel de gallina, que te hacen sentir mariposas en el estómago, que te hacen desconcentrarte y caer.
No es novedad. El juego de miradas es algo que también aprenden las geishas y las mujeres de medio oriente durante sus bailes. Para estas últimas los ojos son su única manera de expresarse porque su cuerpo está escondido.
Ese toque negruzco que hay en sus ojos es kejel, un pigmento natural que además de decorar sus ojos, ayuda a evitar que tengan alguna infección. En realidd es mucho más que eso, es misterio, es seducción, es deseo, es atracción...es pasión.
2 comentarios:
Tienes razón: una mirada puede volvernos locos. A mí me pasó con la tuya.
Si te volvió loco entonces debí verte lo suficiente, lo cual indica que no eres tan ajeno a mí.... podrías dar más pistas, cierto?
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