No quiero verte, ni sentirte, ni oirte, quiero olvidar que te conozco, que alguna vez te vi y te amé, quiero borrar de mi memoria las noches vividas a tu lado. Pides a Dios que te mate ahora, con gusto ayudaría para desaparecerte de la faz de la tierra, porque no quiero recordar que no eres mío, porque ya no sé si prefiero verte con ella o ver tu epitafio, porque quizá preferiría pensar que moriste pero yo fui la causa de tu amor, tu musa inspiradora, que hubo algo fuerte, intenso entre tú y yo, quisiera pensar que en tu vida no hubo mujer más importante que yo.
Fueron tantas veces las que escuchè un te amo de tu boca, ansiaba tanto que me lo dijeras en cada encuentro que ahora siento que no existes, no hay un te amo, ni un abrazo, ni un beso, no hay ni siquiera la intención de un encuentro.
No basta con ser linda, quiero que me ames; no basta con ser una mujer inteligente, quiero que me admires; no basta con ser una mujer guapa, quiero que me sientas; no basta con que sepas lo que me ocurre, bueno o malo, quiero que me comprendas y me apoyes; no me basta con saber que existes en algún lugar del planeta, quiero que seas mío.
No entiendo qué me ha faltado hacer para lograr mantenerte a mi lado, quizá es experiencia, quizá edad, quizá simplemente nuestras vidas se cruzaron sin poder recorrer un camino juntos porque tú, afortunada o desafortunadamente, ya tenías una vida hecha al menos en planes, porque siempre has estado apasionado por tu trabajo y porque por más que lo intente y quiera arrancarte de sus brazos, ella es la mujer a la que amas.
Y aun cuando te amo y te amé tan intensamente no quiero verte, no quiero mirarte, no quiero pensar que estuviste con ella, no quiero ni siquiera tocarte, porque si lo hago sé que no podré volver a separarme de ti...
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