domingo, febrero 24, 2008

Oración por nosotros

Hay días en que Dios se toma unas vacaciones y de pronto ocurren ataques terroristas, huracanes, genocidios. No estoy segura, pero creo que los días que decide tomar un descanso es porque días anteriores ha hecho ya un gran esfuerzo. Esta vez se esforzó y nos regaló un eclipse lunar, fue un regalo especial por tres meses de estar juntos y lo disfrutamos plácidamente junto con una magnífica coreografía y el compartir de un nuevo libro que para mí es magnífico. Ese día fue una experiencia increíble, era como estar soñando y todo salió perfecto. Los siguientes días la luna era maravillosa, se veía imperante, no nos dejaba ni a sol ni a sombra. Pero Dios se tomó un pequeño descanso el sábado. Cada quien trabajó, yo salí un poco más tarde y ya no nos daba tiempo de ir a echar la hueva al CENART, como lo habíamos planeado, de modo que sólo bailamos un poco de rock, con nuestros propios pasos, en el Monumento a la Revolución. Caminamos un rato, ya habíamos desechado planes para el día siguiente porque yo tenía trabajo, no podríamos ir a patinar y por más que buscamos un trolebus el condenado se tardó en llegar, decidimos irnos en micro antes de que se hiciera tarde. Antes de llegar a la Villa lancé un suspiro e inconscientemente le dije "cuídate mucho", el asintió y yo pregunté "¿lo prometes?" -Sí, nena, te lo prometo. Llegamos a mi casa y miré al cielo, pregunté dónde había quedado la luna y él respondió "tranquila nena, tiene que descansar después de la hermosura que nos dio el miércoles". Dejamos pasar un micro que iba para aeropuerto, venía el segundo y yo sabía que se hacía noche, así que le dije que se fuera con cuidado, se subió en el micro y llamó cuando llegó a su casa. Afortunadamente Dios decidió regresar de su pequeño descanso antes de que un extraño le clavara un cuchillo casero en el estómago. Afortunadamente él tuvo reflejos para detenerlo aunque eso provocara que después le dieran 7 puntadas en el dedo, afortunadamente el chofer hizo algo, afortunadamente volví a escuchar su voz aunque fuera para decirme que lo habían tratado de asaltar.
Pienso que quizá debí entretenerlo más o dejarlo que se fuera en el micro que dejamos ir al principio, pienso que hice bien en decirle que lo amo antes de que subiera porque si algo más hubiera pasado él tendría la certeza de mi sentir, pienso que no es posible que eso haya ocurrido a dos calles de mi casa, pienso que si yo hubiera estado ahí me hubiera paniqueado y pienso que es en estos momentos cuando uno se da cuenta de cuán importante es realmente en nuestra vida una persona. Pienso que aunque no quiera, mis ojos no pueden contener mis lágrimas y no quisiera que él se sintiera como ahora se siente, pensé en ir a su casa simplemente a darle un abrazo y repetirle cuánto lo amo, pero esa razón que detiene a la locura y la hace ser tan aburrida, me detuvo y entonces decidí escribir esto a Dios:
Dios, protégenos de todo mal, haz que el amor que le tengo lo cuide de aquellos que quieran hacerle daño, haz que el amor que me tiene me proteja para llegar con bien a casa, haz que nuestro amor crezca sincera y fielmente, líbranos de todo peligro y danos cada día tu bendición. Amén

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