viernes, octubre 05, 2007

Se que nunca volveras...

Sé que nunca volverás, lo sé por tu mirada, por tus palabras, incluso por ese estado de ánimo que mantiene alerta de tu regreso, pero no lo harás. Porque la locura que vivimos no podía ser para siempre, la confianza causo estragos y te volvió un enmarañado conjunto de celos, porque las locuras hechas no podrán ser olvidadas por ninguno de los dos, porque siempre dije que si me amabas volverías conmigo pero sé que no me amas más, sé que no volverás conmigo y sé que no me sentaré a esperarte aunque sea lo más romántico que pudiera hacer en la vida.
A veces hay acuerdos tácitos que no pueden romperse en una pareja, aunque de hecho se rompan. Faltar al pacto del respeto a la libertad del otro, por ejemplo. Tú y yo teníamos un acuerdo tácito y sin embargo no puede hablarse de una carta hallada en la ausencia del otro entre sus cosas.
Dime algo, puede uno enamorarse de un estilo? a veces creo que eso es lo que me pasó a mí, me enamoré de tu estilo de ser, de pensar, de escribir, de hacer el amor, y creo que hice lo posible por hacer que esto funcionara, lo quería de verdad, pero no se pudo, ahora sigo creyendo que el amor es un perro del infierno.
Creo también que no haber vivido este amor habría sido injusto con el destino, me habría reprochado toda la vida el no haberlo hecho, debía pasar por ti y por mí, porque ambos teníamos el deseo de que pasara.
Te entiendo, porque un hombre indignado no necesita dar explicaciones pero el acto de espiar es así: se empieza por buscar en lo que está y se acaba encontrando más en uno mismo. Ahora dime tú ¿a quién ves cuando dices mi nombre?
No es necesario complicarse tanto, sabes? la historia de amor está toda escrita aunque a veces la mente puede generar las peores elecciones, muchas de ellas elecciones que no tomarían contra nosotros nuestros peores enemigos.
Dicen por ahí que una relación es un mundo y el miedo de conocer sus confines es comenzar a agotarlo, creo que eso fue loq ue pasó con nosotros pero también estoy segura de que cualquier pareja podría proporcionarme algún placer, pero no cualquiera me permitiría ser la persona que soy o que creo ser, incluso la mejor que puedo ser.
Los guerreros samburu nunca miran hacia atrás porque dicen que es de mala suerte, yo debería seguir su consejo y no hacerlo pero no puedo evitar seguir viendo tu rostro, alguna vez te dije que te hbía embrujado y que no volvería a dejarte ir, pero después me di cuenta de que hay cosas más difíciles que besarse, acaso hay un afrodisiaco mayor para un hombre que saberse comprendido?
Algunos dicen que hay un momento en la vida que lo cambia todo, creo que ese momento estuvo a punto de pasar contigo, pero el destino se empeñó en que no fuera así, en que viviera algo distinto, hasta ahora no comprendo qué es lo que quiere que viva, pero no quiero volver a mirar atrás. Cierto, quisiera mirar al frente y ver que estás tú, pero no es así, lo siento, lo siento...


Nota del editor: esto no es más que una historia recreada con frases de La Princesa Massai y el libro Alta Infidelidad, si alguien quiere conocer la verdadera historia vea la película y lea el libro... si alguien sabe la versión mexicana guárdela para sí mismo.

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