jueves, junio 11, 2020

Vivir cada momento como una experiencia

Los lugares suelen tener la esencia de las personas que lo crean, que lo viven, que lo habitan. Y nosotros estamos ahora en un lugar de ingleses, para ellos la expresión Happy Days simboliza los días agradables y de prosperidad, esos días en los que se dan las buenas noticias. 

No creo que sea casualidad haber llegado a este lugar en este punto de la pandemia. Curiosamente es un lugar muy lindo, con muchos muebles lindos, muy tipo hostal pero deluxe... con la excepción de que el servicio no es taaaaan bueno y algunas cosas sólo están colocadas en lugares random porque ya no están en muy buen estado o se estropearon. 

Y en este punto de la historia entra mi madre aunque esté a kilómetros de distancia. Ella es maestra y cada año le tocaba diferente salón. Es fanática de decorar sus salones, cada mes, con algo significativo del mes, así que en casa siempre había desfile de marichitos de fieltro, dibujos de los niños héroes, corazones para el día del amor, letreros de felicidades mamá para mayo, globos dibujados para el día del niño... Para mí era una locura poner y quitar, poner a principio de mes y quitar después para cambiarlos... Muchas, muchísimas veces estuve tentada a tirarle un par porque ya se veían super gastados, pero ella fascinada pedía otro y otro y otro dibujo, llevaba más y más monitos. Aprendí con ella, con esas experiencias, a habitar el lugar donde estoy, a tocar cada espacio y embellecerlo... pero seguía siendo un fastidio, no crean que no. Mi mente pensaba muchas veces tipo para qué enciendo las luces si después las voy a tener que apagar, para que pongo unas flores si después se van a marchitar y las voy a tener que quitar... quería ahorrarme el mayor número de movimientos posibles, aunque eso significara perderme de la experiencia del momento. 

Pero el último mes y medio de nuestra cuarentena estuvimos con André, un hombre de casi 60 (ya viene su cumple!!!), holandés, con una historia de vida sublimemente humana, con un toc controlador y del estilo y del que aprendí a vivir cada momento como una experiencia. Por la mañana se iba a disfrutar de la alberca desnudo, con él mismo, un buen rato... se tomaba un café... tenía un lugar exterior para sentarse y unos cojines, cuando llovía había que meter todo, cuando dejaba de llover había que volver a acomodar el lugar. No importa que pocas veces disfrutáramos de ese lugar, ese lugar estaba siempre disponible, como invitándonos, abierto a nosotros todo el tiempo. 

En nuestro cuarto había un deck hermoso, y era un poco la misma  cosa, si llueve quita los cojines, si sale el sol acomódalos... Al principio debo decir que lo odié, jajaja, era como ya mejor no los ponemos (me estoy carcajeando mientras escribo esto, jajaja) pero después veía André y miraba cómo habitaba cada momento, cada experiencia, cada lugar... 

Y entonces mientras hemos estado en este hermoso lugar con muchos muebles lindos puestos más para almacenarlos que para decorar, he querido habitar el lugar, no sólo nuestro cuarto, sino también la cocina, la sala, el comedor... Aunque casi no lo usemos... Ayer acomodé los sillones, una lámpara, unas sillas preciosas y un mueble que parece una barca... hoy he cambiado el agua de un florero de cristal que reposa sobre un tronco y le he puesto flores... antier depuré los sartenes y ollas, acomodé lo que si sirve y se utiliza y lo que no lo puse en un compartimento aparte (porque pos yo no puedo tirar nada, verdad ja) y quizá nadie se ha dado cuenta, quizá a nadie le importa, pero a mí me hace habitar el lugar, vivir la experiencia de cada momento, aunque no lo use siempre, aunque me siente sólo un par de veces. Lo hago y lo disfruto, como hago ahora mientras escribo. Espero que ustedes puedan disfrutarlo igual :)






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